miércoles, 29 de abril de 2015

Verde que te quiero verde.

Los años pasan, (como dice mi madre), y la edad no perdona. No es que yo sea especialmente vieja, pero cierto es que he pasado de ese punto en el que ves mucho camino ante ti, y digamos que yo ya voy de camino de vuelta, y ya sé donde termina todo. Así que como la mayoría de las personas cuando van por esta parte del recorrido de nuestro decathlon existencial, empiezo a apreciar cada instante de la vida de una manera superlativa, porque lo considero un verdadero regalo del cielo. Sin embargo esa misma perspectiva de nuestro presente en el tiempo, nos hace ver también un buen alimento donde antes veíamos un plátano pasado, y lo que antes nos importaba un bledo, ahora resulta que nos lo podemos llegar a plantear muy seriamente. El caso es que nuestra actitud ante las circunstancias varia, pero no solo en nuestras decisiones, si no también a nivel inconsciente. Nos hacemos más tolerante en  aquello que nos escasea, y nos hacemos más exigentes con lo que nos abunda. 

En algunos casos el drama de la crisis de edad puede hacernos caer en un atasco emocional, en una derrota por la desesperación, es decir, coger algo sin que sea bueno, solo por el pánico a quedarnos sin nada, en nuestra actual carencia de tiempo para conseguir algo mejor, pero ésta actitud es nefasta, porque hemos de entender que, de lo que debemos de prescindir es de ese anhelo doloroso, y pensar que lo que merece la pena es nuestro esfuerzo y no nuestro resultado.

Realmente si nos surgiera la situación podríamos prescindir de muchas cosas, cosas que nos producen un verdadero martirio no tener, como mi móvil, mi lavadora, o mi comida buena, sana y cara. Sé que se puede vivir sin nada de eso, que llegado el momento, y cuando la vida así lo dispone, nos es arrebatado,  y lo sé porque lo he vivido.en mi propia carne.Y yo en mi desesperación acepté aquello que me daban, sin mirar siquiera si era bueno o me haría daño. La desesperación era tal que acepté incluso una vida que no era buena, y aprendí de buen grado que todo es efímero y que lo único importante es lo que tengo hoy y ahora entre mis manos, y en ello es donde tengo que poner toda mi atención.

Por eso sé que caer en  la "no esperanza" es lo peor que puede ocurrirnos. Siempre hay que pensar que vendrá, lo que sea que deseemos, lo que sea que necesitemos, aunque sintamos que estamos muriendo de sed. Es solo una sensación, una llamada de nuestro interior pidiendo lo que anhela, porque ciertamente lo anhelamos pero es mejor controlarlo, reconocer y conocer ese sentimiento de impetuosidad ante el aire que nos falta, y ponerlo a un lado en nuestra mente, porque esa energía sin control no llegará a nada. Sea cual sea el terreno de nuestro deseo, es una reacción impulsiva, y al no ser algo meditado y asimilado, saldrá mal seguro, yo misma he vivido gran parte de mis años en ese fatigoso e innecesario estado de impulso desesperado, pero gracias a Dios los años; como decía al principio, me han enseñado que lo único que hay que coger sin miramientos son las ganas de disfrutar de lo que ya tenemos, y dejar los deseos en los sueños, y los sueños en la esperanza, siempre en la esperanza...y quizás así algún día nos sean concedidos de verdad...

sábado, 25 de abril de 2015

Perdóname Vida, pero a veces no te soporto.

Me canso, ya me he divertido bastante, ¿cuando para este tiovivo?, como broma ya está bien.
A veces me canso de la vida, de la felicidad, de la estabilidad, a veces necesito un salto al vació, o quizás un stop, un silencio, una espera.
Quizás llevo demasiada carga, o quizás soy demasiado dedil, pero a veces, muy pocas veces me gustaría salir unos instantes del juego, porque la vida cansa, pesa como una piedra al cuello y sentimos que tenemos que coger aire y cerrar los ojos y mirar muy dentro de nosotros para buscar sosiego. A esto lo llamo yo meditar, reflexionar y poner mis cosas en orden, porque la vida corre demasiado, y todavía no te estás recuperando del dolor de un daño, cuando alguien vendrá a hacerte otro daño quizás mayor. Incluso se dice que las desgracias no vienen solas, y es que cuesta mantener la sonrisa cuando a tu alrededor hay personas que tienen como hobby hacerte sentir mal, además de las propias circunstancias del día a día que por si solas ya hacen temblar nuestros pilares, con su constante goteo de cargas.

Hay tristezas que nos acompañan toda la vida, y espinas que por más que deseemos seguirán haciéndonos una llaga en el alma, y cuando el tiempo pasa, y la edad  tranquiliza, empiezas a darte cuenta de que los sinsabores son para siempre, que la felicidad es efímera, que nada importa demasiado, y la prisa se te hace muy difícil. Cada nuevo fracaso un poco más agrio. Necesitas rendirte ante muchos imperativos, porque o te rindes o mueres, porque podemos tener, hacer, seguir... y sin embargo que mal se lleva no tener, no hacer, no seguir...
Sin embargo aunque en algún momento nos sintamos así, resulta que hay una buena noticia, y es que cada amanecer traerá algo nuevo a nuestra playa, tras la tormenta viene la calma, y el dolor crónico termina por encallecerse y un día deja de doler tanto. Pero debemos saber también que  las heridas han de tener su cura, el reposo, el pensar y buscar en nuestro interior las respuestas. Nadie sabe más de nosotros que nosotros mismos, y la formula para volver a subir al tiovivo de esta vida a veces sin sentido, caótica  y malformada, solo la podemos encontrar en nuestro interior.

Puede parecer un idealismo oriental inútil pero la meditación me salva a diario de mi propia ineptitud ante la vida. Hace años, decía ser una persona visceral, que actuaba según mis instintos, y lo decía con el convencimiento de que no necesitaba cambiar. Quizás yo estaba en el extremo de la inconsciencia, pero ahora que he aprendido que no es bueno vivir a empujones, me gustaría invitar a todos a esta forma de realizarse en la vida, la reflexión, la meditación.

Pero meditar no es darle vueltas a una idea de forma repetitiva y compulsiva, sin dar nuestro brazo a torcer, así solo conseguimos un gran dolor de cabeza y un mal estar general, que en nada ayudará a sobrellevar nuestra estancia en el mundo. Meditar es dejar fluir la mente hacia donde quiera ir, con la sola indicación de que busquemos nuestro bienestar, dejar que nuestros sentimientos hablen más allá de convencimientos y raciocinios culturales, encontrar el verdadero sentido de nuestra existencia cada día, incansablemente, nuestro orden emocional debe ser como el de un armario, no debemos dejar cosas sin resolver, y si hemos de actuar con respecto a algo, tener la entereza de enfrentarnos a nuestros miedos, porque cuanto más duro es hacer algo, más lo valoramos y mejor resultado da. 
Sentarse frente a la televisión, escurriendo el bulto, pasarse horas haciendo mil actividades, con tal de no quedarnos con nosotros mismos, a arreglar nuestro cansancio espiritual, nos terminará creando más problemas. Preferimos seguir tirando de los arreos sin ni siquiera saber para que estamos arando nuestra tierra, por no mirar en lo más oscuro de nuestro ser y reconocer nuestros errores, nuestros defectos, que parte de culpa tenemos en lo que nos agota, hay alguna carga que pueda sobrellevar de otra manera?.

Yo me canso, y aunque nadie lo reconozca, sé que todos vamos cansados, que todos necesitamos una mano que nos ayude, y que muchas veces esa mano no esta. Probablemente unas vacaciones de el Caribe nos harían un gran bien, en efecto, pero a falta de otros recursos, un tiempo para nosotros, un espacio agradable, una música muy relajante, y un deseo de bienestar son suficientes para coger más fuerzas, más ganas de volver a subir a esta Montaña Rusa, que llamamos Vida, y de la que no nos bajaremos hasta que el viaje haya terminado de verdad y para siempre.


jueves, 23 de abril de 2015

Vámonos para la Feria, cariño mio.

Sevilla, Abril, la ciudad se transforma como un rompecabezas, y todo el mundo se vuelve loco. Anoche, en la puerta del metro parece que hubiera entrado en el túnel de una dimensión contigua...entraba y salía una muchedumbre de artistas, cantantes, bailaoras, modelos, guitarristas y farándula en general. Pareciera que un mundo de seres mágicos estuviera atravesando el nuestro.
Después de entrar en un tumulto de gente perfumada y alegre, me encontré llevada por una marea que desembocaba en el Real de la Feria.
El sitio es precioso, las luces y el colorido son aprendidos de años y años bailando en su albero, en sus profundidades se esconden las historias más maravillosas que puedan contarse, cantes,  risa y  llanto, vino y amores, bailes de madrugada, familia, amigos, reencuentros, y vida...mucha vida,  y entonces recuerdo porque estoy allí, porque es parte de mi vida, porque yo jugué con los farolillos de niña, y lo que se vive en "Feria" se queda en un rinconcito de nuestro corazón para siempre, junto con una flor y una guita de manzanilla.
Pero después de llevar un rato disfrutando del evento más importante de mi ciudad, me di cuenta de que esa Feria de mi recuerdo no se parecía en nada a lo que estaban viendo mis ojos. Ya no se puede ver a la gente pasear, porque la condensación de público es tal, que se hace imposible el solo hecho de caminar de un sitio a otro, las calles están cubiertas de bolsas y botellas, pareciera que ha habido un holocausto y la ciudad hubiera quedado en ruinas. La mayoría de los visitantes hacen y se comportan de forma demasiado "valiente", porque se exceden con el alcohol, y surgen peleas, accidentes, se atreven a tener una actitud que si bien en la mayoría de los casos da lugar a un momento de fiesta y risa, porque nos sentimos bien y desinhibidos, en otras ocasiones puede causar problemas a los demás.

He visto a  la gente  perder demasiado el control. La Feria no es como una discoteca a las cinco de la mañana pero con sevillanas y traje de flamenca. La Feria tiene una tradición, que es lo que se supone que tenemos que cuidar. Los orígenes y la historia de nuestra Feria de Sevilla, son como la feria de cualquier pueblo, una reunión de vecinos que celebran la cosecha y lucen su ganado, pasando por una fiesta en la que se disfrutaba de todo en su justa medida, un sitio donde la gente podía llevar comida de sus casas sin tener que dejarse el sueldo en una invitación, donde el suelo solo lo ensuciaban los palillos de los algodones de azúcar y los farolillos rotos. Donde desde la puerta de mi caseta podía pasarme las horas viendo pasear a las flamencas y a los caballos. en fin...decididamente el sitio que guardo en mi corazón no es donde estuve anoche. Y el caso es que me parece que soy la única que piensa así porque los millones de personas que visitan durante estos días el Real, yo creo que están muy satisfechas con los resultados de la gestión del Concejal de Festejos de nuestra ciudad, a quien además tengo que agradecer el destrozo que ha hecho con las entradas principales a la ciudad desde los alrededores, cortando vías y haciendo el transito por la ciudad imposible con atascos y horas dando vueltas para encontrar un itinerario alternativo de acceso a la ciudad, no a la feria, si no a casa de mis padres. Aunque no me importa, yo también me siento mejor sabiendo que aunque yo queme mi coche en un atasco, todos aquellos enchufados que tienen pase, pueden entrar tranquilamente hasta casi la portada, dejar su coche e irse dando un paseíto hasta su caseta de trescientos metros a comer las mejores gambas de Huelva, aunque eso es una de las pocas cosas que no ha cambiado en  la Feria. La vida social es lo más importante,  los conocidos se ponen en un escaparate, donde hay que lucir el mejor traje y la mejor sonrisa, es el facebook de la sociedad sevillana, en la Feria pasan cosas, y como en un mundo mágico hay que saber las normas.
Como el hecho de invitar a alguien a tu caseta, todos tenemos problemas de dinero, pero si no tienes, no invites, y si invitas, aunque no tengas mucho, un baso de plástico con un poco de "rebujito" o un refresco se ofrece, como bienvenida, como recibimiento, y luego que pida cada uno lo que quiera, pero tu caseta, es como tu casa, y hay que atender a las visitas, y ésto es algo que saben mis padres y mis abuelos, pero que hoy tampoco se conserva, con la crisis parece que nos hemos vuelto huraños y he podido vivir en mis carnes que tras invitarme a una caseta, la anfitriona comiera y bebiera de lo lindo, mientras a mi no era capaz de preguntarse siquiera si quería un poco de agua.

Así que después de un día de Feria perfecto, decidí irme a casa, pensando en que aunque lo había pasado bien, por más que quisiera la Feria a la que a mi me gustaría ir, hace mucho que no la montan, y que o empezamos a darnos cuenta de que las tradiciones en esta sociedad cosmopolita y masificada tienen los días contados como no las cuidemos de verdad, o se terminarán por convertir en algo que solo llevará el mismo nombre, Feria de Abril de Sevilla. Por cierto buena Feria a Todos.

miércoles, 22 de abril de 2015

Qué hacer cuando no se puede hacer nada.

La frustración es ese horrible sentimiento que nos invade cuando algo que deseamos o necesitamos, se convierte en un imposible, esos pensamientos negativos que nos atormentan. Nos parece que vamos a morir, que el mundo se acaba, que todo nuestro esfuerzo no mereció la pena. A veces un solo comentario, o nuestra inseguridad nos hace sentirnos frustrados, y reconozco que es algo por lo que todos pasamos a diario, y que cada uno lleva como buenamente puede, pero a veces nuestra frustración daña a otras personas, porque nuestro dolor no nos permite ser justos ni honestos, y podemos llegar a desquitarnos consciente o inconscientemente con esas otras personas, aunque no tengan nada que ver con el motivo de nuestro malestar.

Cuando deseamos algo, viene dado por una mayor o menor necesidad, pero es algo necesario al fin y al cabo para nosotros, y desgraciadamente son muchas las ocasiones en las que nuestros deseos, se quedan solo en eso, deseos de...que nos traten mejor, encontrar un trabajo, un familiar que está enfermo, tener más tiempo, etc... todos son deseos necesarios, pero os aseguro que a la hora de hacernos sentir frustrados todos tienen la misma importancia..., la que tú quieras darle. Para soportar los malos palos de la vida hay que tener dos virtudes: 

1.Saber aguantarse. Cuando algo no puede ser posible, aferrarse a esa idea es inútil, y nos bloquea para poder encontrar una postura más sana ante el problema sin solución, porque resolverlo no podemos resolverlo, pero nuestra postura ante tal problema será de suma importancia para el bienestar general de las personas con las que te relacionas y sobre todo para ti.

2.Perdonar a la vida por prohibirnos esa necesidad. A veces nos enfadamos, no entendemos que no es algo personal, esa sensación de que nuestra vida es más dura que la de los demás. La auto compasión y el rencor hacia lo inevitable, nos vuelven agrios y estropean como el moho, todo lo que tocan.

Y dentro de que todos nos sentimos a diario frustrados, y que sabido es que las frustraciones van siempre a parar a personas ajenas, porque no intentamos resolver como tomarnos la situación cuando algo no tiene arreglo, saber lo que hacer cuando no se puede hacer nada.

Como ya he dicho aguantarse y perdonar es básico, pero quizás la idea más alentadora es, concienciarnos de que a pesar de ese asunto sin resolver, tenemos que seguir vivos, y tenemos que ser felices, porque nuestra tristeza solo hará que nos aferremos más al problema, y en muchas ocasiones, al relajarnos, al obviar la situación, o simplemente ignorar nuestra frustración, resulta que como si fuera un milagro, aquello que creíamos imposible, se realiza ante nuestros ojos, sin que entendamos de donde ha procedido el regalo.
Pero es que a veces nuestra actitud atrae o aleja las circunstancias, sin que podamos darnos la menor cuenta, por ejemplo, yo me sentía muy frustrada por no encontrar un trabajo mejor, y eso me impedía buscar trabajo, me sentía mal, no tenía fuerza de voluntad porque con mi historia laboral y la crisis económica, parece ser imposible que yo prospere laboralmente. No he dejado en ningún momento de echar curriculums, y de decirle a todos mis contactos que busco trabajo, para que puedan ayudarme ante cualquier oferta que oigan, pero un día decidí dejar de sentirme angustiada por no conseguir ni una sola entrevista, aunque atienda todos los días unas seis ofertas laborales, y siga buscándolo con la misma energía. Por supuesto sigo sin encontrar trabajo, pero tengo muy claro que no me voy a sentir más una inútil porque el protocolo de recursos humanos de las empresas actuales, no consideren mi perfil suficientemente perfecto, para atender diez horas al día un teléfono. No puedo permitir que una circunstancia que se escapa a mi control me afecte a nivel emocional, porque entonces mi centro de atención será eso, y solo pensaré en el trabajo que no consigo, y solo hablaré del trabajo que no consigo, y la gente terminará por alejarse de mi, me sentiré cada vez peor y terminaré por abandonar la idea de encontrar un trabajo mejor.
 Podemos poner como ejemplo un trabajo, o una enfermedad, olvida y perdona, y sigue adelante, aunque sea lo más irremediablemente doloroso en la vida, la falta de un ser querido, en cuyo caso la resignación se convierte en nuestra almohada cada noche y el dolor es tan fuerte que ni siquiera deseamos tener deseos...pero curiosamente en esos casos sabemos todos perfectamente lo que hacer, porque  a veces en la vida, lo mejor que puede hacerse, cuando no se puede hacer nada, es eso...no hacer nada...

Suerte y adelante, de todo se sale.


lunes, 20 de abril de 2015

¿Lo que sientes, o lo que dices sentir?. Aclárate.

Si un hombre de repente te regala flores...no es el Rexona, es que estaba siendo amable solamente. No pienses más allá, por muchos anuncios que hayas visto. Y es que algunas veces mandamos las señales equivocadas al mundo que nos rodea, y pareciera que somos un guarda coches que te está indicando como si estuvieras aparcando un avión, y otras veces creemos dar a entender nuestros deseos y emociones, y desde fuera no se nota la más mínima intención de nada.

Hace un tiempo que estoy aprendiendo a bailar en pareja, una actividad donde las indicaciones de tu compañero son lo más importante, y estoy entendiendo la necesidad de atender a las señales y sobre todo de dar nosotros las señales correctas a nuestro entorno. Cuantas veces pensamos que no nos comprenden, o que no entendemos porqué nos han malinterpretado, cuando nunca tuvimos esa intención que nos achacan, pero seguramente en la mayoría de los casos tengan razón, es algo inconsciente, por eso tenemos que tomar consciencia de ello, de forma muy significativa, porque os aseguro que facilitareis muy mucho vuestra relación con el mundo.
Saber expresar las señales es no permitir que nuestro estado de ánimo, nuestra forma de ser o cualquier intromisión nos haga expresar de forma equivocada nuestro mensaje. Todos entendemos un semáforo en rojo, pero si el semáforo cambiara de tono de rojo según la hora del día, habría más accidentes seguro, gracias a dios, las maquinas no tienen emociones, y realmente es muy difícil en muchos casos expresarnos sin dejarnos llevar, sobre todo por nuestro estado de ánimo, pero creo que las relaciones y la comunicación es algo que siempre merece la pena cuidar, y merece seguir mejorándose cada día.

De nuestro tono de voz, pueden deducir un enfado que no es con esa persona, si somos muy efusivos y afectivos podemos hacer creer intenciones más allá de las verdaderas, y el hermetismo nos presenta como personas que no desean compañía. Y esta claro que cada uno es como es, pero el lenguaje no se limita solamente a charlar por charlar, están las palabras pero está algo más importante todavía, y son los hechos, y en ésto es en lo que quiero hacer más hincapié, "no hagas algo que signifique algo, si no lo significa de verdad", ten compasión de los que te rodean, que puedes volverlos locos. Todo lo que hacemos cada día, es una acción que tendrá una reacción, no podemos esperar que si hacemos algo bueno o malo, no tengamos una respuesta, y todavía hay personas que hacen, y luego protestan por la reacción, aludiendo que "Cada uno hace con su vida lo que quiera", y cierto es, pero "harás lo que quieras" e inevitablemente tendrás que aguantarte con las consecuencias de tus actos. Gracias a Dios ésto es algo que cada vez está más presente en nuestras vidas, y la mayoría de las personas intentan que su salud no sea solamente física, si no que también buscan mejorar su mundo interior, y su bienestar, y es por ello que sé que mis consejos  no caen en saco roto, y que habrá personas que al leer ésto empiecen a mirar mejor las señales en su entorno, las que vienen de otras personas, o de la propia vida en su día a día, señales que llaman a nuestra intuición y nos advierten y que en el mayor de los casos, obviamos conscientemente por demasiada confianza, y que después de ocurrido el error, nos lamentamos diciendo que lo sabíamos...
Pero además os pediría un esfuerzo por comunicaros honestamente con vuestro entorno, el teatro y las gracietas, tienen su momento, y el llanto o los desaires exagerados también, y sobre todo apliquemos todos las mismas señales por favor, hace unos años si un hombre te regalaba flores significaba que le gustabas, pero hoy día con tanto desorden emocional puede significar cualquier cosa, salvo que el chico haya leído mi blog, y sepa que eso no debe hacerlo a menos que la chica le guste de verdad, y probablemente la reacción será un beso, que significará seguro..."tu a mi también".



sábado, 18 de abril de 2015

La cenicienta.

La Cenicienta es un cuento de hadas folclórico con con varias versiones, orales y escritas, antiguas y modernas, procedentes de varios lugares del mundo, especialmente del continente eurosiático, donde se narra la vida de una humilde muchacha que con tan solo un zapato y algo de magia consigue convertirse en princesa. 

Yo no sabía exactamente la procedencia de uno de los cuentos más importantes en la cultura actual para cualquier mujer del mundo. Una historia que nos ha hecho soñar de niñas, e incluso basar nuestros principios femeninos de forma genérica en una serie de ideologías sobre la forma de encontrar a nuestra pareja, y la forma de aceptar a nuestra pareja. 
En mis recuerdos más tiernos aparece la idea inequívoca de que el amor de mi vida, llegaría a mí de esa manera exactamente, la Cenicienta no se conforma con un guardabosques que le canta, o con un soldado que la mira, esta muchacha sin aparente carácter solo acepta el amor de un hombre que la busca entre miles, que rehúsa de su posición social por ella, y que trae la pieza que encaja perfectamente en su pequeño pie. Y si este antiquísimo cuento dice que ha de ser así,  ¿porqué iba yo a dudarlo?,  pero resulta que una empieza a vivir,  y no aparece ningún enviado de la casa real a tu casa, ni aparece un hada madrina para darle a los que te machacan lo que se merecen, y con tristeza nos hacemos duras y desechamos cualquier idea de que exista ese príncipe azul para nosotras, y ciertamente puede que no exista, aunque desearía que sean muchas las cenicientas que lo hayan encontrado al fin, pero no es algo que venga de garantía en la vida y al fin nos perdemos en la aceptación de lo que nuestro propio cuento sin "final feliz" nos va narrando.

Sin embargo, a pesar de haberme repetido yo misma que no existe ningún  príncipe azul, me parece especialmente  revelador  el mensaje que nos deja este cuento, y que  camuflado en una historia fantástica, se convierte como una enseñanza de los tiempos en que los cuentos eran la forma de enseñar un comportamiento, y  educar el futuro bienestar de cada niña que lo haya soñado alguna vez. 

Por un lado la idea de que puedes por circunstancias de la vida llegar a la supeditación más humillante, y desde esa miseria conseguir convertirse en algo mucho mejor, es una idea bastante positiva, que ayuda a la formación de la esperanza y el deseo de prosperidad, que es algo de lo que hoy día carecemos, y aprendemos a conformarnos con lo poquito que nos alcanza la mano.
Por otra parte, algo que a mí siempre me costó mucho trabajo entender, la actitud que nos muestran en esta dulce muchacha, de  aceptar de buen grado la tremenda situación de acoso y vejaciones, a la par que la perdida de un ser querido; es decir, yo siempre me preguntaba porqué no se escapaba, o porqué no se negaba en rotundo a hacer las tareas más horribles,  pero aunque tarde, ahora entiendo que es la forma de sembrar en nosotras la tolerancia ante la vida que por el echo de ser mujer  tenemos  ya orgullosamente sentenciada.
Pero lo que más me ha gustado, es como nos susurra un secreto que con el tiempo llegamos a descubrir nosotras solitas, y que es:  El amor de nuestra vida tiene que ser ese príncipe azul, y si nos conformamos con menos es porque no nos lo merecemos, señoras. 
Puede que haya una persona que encaje conmigo, y puede que aparezca en mi vida, pero ¿cómo sabré que es el hombre adecuado?, pues tal y como cuenta el cuento, en algún momento  me mirará como si entrara en su salón de baile(admiración), y yo fuera lo más hermoso que ha visto en su vida. Lo sabré también porque me buscará de forma incansable(demostración de afecto), y traerá consigo un recuerdo compartido que encajará en mi alma como si fuera mi propio zapato(ha de ser compatible emocionalmente conmigo), pero aclaro que incluso teniendo esta enriquecedora experiencia, nada asegura que ese "amor verdadero" dure para siempre, pero evitará que vayamos dando bandazos de relación en relación sin encontrar ni estabilidad, ni felicidad.
Y al leer este cuento, me doy cuenta de que lo que nos enseña es que por ello tenemos que reconocer a nuestro amor verdadero,  tenemos que esperarlo, que mejor conformarnos con nada que con menos, y que los sueños a veces ocurren, y a veces también nuestro mundo de fantasía imposible se convierte en realidad,  pero hemos de dejar la desidia de tener paciencia, de reservar nuestra integridad para nosotras mismas, y no cambiarla por un rato de compañía. Entragarnos al primer hombre que se interesa por nosotras es ponernos muy barato el caché, ya por ser mujer merecemos un respeto, cuanto más por lo que podemos valer como personas, y no todos los hombres tendrán la suerte de que le demos nuestra confianza.
Por ello creo que sería bonito, que cuando contemos La Cenicienta a nuestras hijas, nietas, a cualquier chiquilla con su mundo de hadas intacto, sepamos que esa niña preciosa se merece su príncipe azul y en nuestras palabras está el ayudar a que lo consiga, y sea una mujer que sabe lo que merece, aunque las perdices y la felicidad duren lo que tarda en empezar otro cuento...pero ese es otro secreto que ella solita algún día descubrirá.

domingo, 12 de abril de 2015

Buenos días "Tristeza"

¿Que es la tristeza?, ¿porqué huimos de ella?, ¿porqué tiene tanto poder sobre nosotros? y sobre todo ¿Como puedo hacer que cese?. Todos los seres vivos sentimos tristeza, según wikipedia La tristeza es una de las emociones básicas (no natales) del ser humano, junto con el miedo, la ira, el asco, la alegría y la sorpresa. Estado afectivo provocado por un decaimiento de la moral.

La tristeza es dolor, pueden darle muchas descripciones, pero lo que todos sabemos es que es un dolor profundo, más fuerte que muchos dolores físicos, nos incapacita, nos destruye, nos debilita..Y si sentimos demasiada tristeza durante demasiado tiempo puede llegar a matarnos. Pero por algún motivo la tristeza es un mal secundario, salvo que tengas un motivo de peso como una desgracia, nosotros mismos la ignoramos, diciendo "la vida es así", y nos conformamos soportando estoicamente el dolor, y algunas personas van más allá, se quedan regodeándose en el él durante largo tiempo, y mostrando una actitud de falsa conformidad, quitando importancia a nuestro sufrimiento. Como si por no hablar de ello fuéramos a conseguir que desapareciera, pero es tan duro mostrar a los que te quieren que te sientes muy mal por algún asunto que no tiene demasiada importancia...

Y la tristeza sigue ahí,  a veces sabemos que nos va a acompañar largo tiempo, pero no podemos evitarlo. Creemos entenderla pero  a veces olvidamos que como todo lo que nuestro cuerpo nos hace sentir, es una señal, un aviso de que algo va mal, igual que la fiebre nos alerta de un virus, o un "moratón" nos duele un tiempo tras un golpe, o generamos una enfermedad congénita y nos duele cada poro de nuestra piel diciéndonos a gritos que estamos muy enfermos. De igual manera cuando la tristeza nos advierte de algo no solo es para que padezcamos, es para que sanemos ese mal.  Personas que nos bajan el estado anímico, golpes emocionales, o problemas con nosotros mismos. Solo es una llamada desde lo más profundo de nuestro ser que nos avisa que hay algo que arreglar, curar, cambiar, y que tenemos que hacerlo ya.
Para los que gustan de vivir mirándose su propio ombligo y revolcándose en su propio dolor, no tengo nada que decir, pero para los que quieran saber como salir de ese estado, yo utilizo una serie de técnicas que me son bastante efectivas.

Por lo pronto tenemos que ser conscientes de que la tristeza como respuesta emocional tiene igual que cualquier trastorno físico, su tiempo natural de recuperación, por lo que lo principal es no ponernos una meta de tiempo, no forzarnos a hacer cosas que no deseamos, es mejor empezar muy despacio, por cosas muy sencillas, e ir cada día retomando nuestra actitud positiva, y muy importante NO PENSAR EN LO QUE NOS PRODUCE TRISTEZA, salvo que haya algo que solucionar, y con carácter resolutivo siempre, en caso contrario, el tema que nos ha llevado a ese estado debemos apartarlo de nuestra mente, imagina que tienes gastroenteritis y tomas tabasco..!.nunca¡.


Realiza actividades, no tienen que ser cosas importantes, empieza por lo que menos trabajo te cueste, una sola cosa, ponte una meta según tu estado, una actividad ligera cada día. Cuando nos partimos un hueso, no podemos hacer vida normal, pero no debemos tampoco dejar de asearnos.


Sal a la calle, si hace sol mucho mejor, pero aunque haga un día algo más feo, el aire y el contacto con otras personas te hará bien, procura que no sean personas con las que te puedas implicar, escoge minuciosamente compañía que te aporte bienestar y positividad, y aléjate de forma consciente de aquellas personas que te puedan producir algún tipo de malestar, aunque sean los seres más amados del mundo, piensa que eres parte de los pilares de esas personas y que si tu caes, caerán ellos también, no lo haces de forma egoista, si no de forma objetiva, cuando padecemos un virus horrible, dejamos de besar a nuestros hijos, familia y contactos, para evitar que ellos también enfermen.


Y por último, es muy importante realizar una labor interna, de meditación, de análisis de nuestra relación con el mundo, encontrar soluciones que palíen nuestra preocupación y nuestro malestar, pero soluciones dentro de nosotros, no que dependan de otras personas, cuando nos herimos, los primeros en tapar con nuestras propias manos la sangre somos nosotros, a partir de nuestro deseo de seguir vivos, los demás nos atenderán, pero solo nosotros tenemos el poder de desear sanar, de desear vivir, pese a los sufrimientos, al dolor físico, a la tristeza, a la humanidad y la vida en sí. Solo nosotros podemos decidir que la tristeza no es un ente romántico al que debamos pleitesía, si no una llamada de atención de nuestra alma, que no cesará hasta que no quitemos la espina que la produce, no te quedes mirando tus lágrimas en el espejo, y busca la alegría en la vida, que la tristeza ya se sabe...

viene sola.