lunes, 17 de octubre de 2022

Emilia y el Diablo. Microrrelato.

 



En la mesa había dos tazas de té. 


Emilia se sentó despacio en la silla mientras que a la vez  frente a ella tomaba asiento lentamente aquel ser. 

Desde el otro lado de la mesa una infinita oscuridad le miraba a los ojos, el mal encarnado en un ser espectral y nauseabundo con el que Emilia no parecía tener su primer encuentro.

-Y bien. ¿Qué quieres de mí?- Le preguntó profundamente seria Emilia.

-Nada. Respondió el monstruo. Solo admiro cómo has conseguido destruir tu vida.

Emilia bebía un sorbo de su té, y al mismo tiempo aquella maldad bebía del suyo.

- ¿Te das cuenta cómo lo estás perdiendo todo?. Le preguntó el demonio. Tu juventud, tu tiempo, tu familia, tu talento, y al final morirás y todo tu esfuerzo no habrá servido para nada. No puedes hacer nada para evitarlo. ¿Cómo te hace sentir eso? ¿No te cansas de no ser nada y fingir que lo eres todo?

-Tienes mucha razón. Asintió Emilia. Ciertamente estoy segura de que estaría mejor muerta. ¿Es eso lo que quieres?

-No, no...-respondió con desgana el ser- Jamás incitaría yo a algo así, yo creo más en el castigo continuo, la muerte es casi una liberación, prefiero que sigamos teniendo estas charlas tan amenas en las que puedo ver lo fútil de tu existencia día a día.

-Me parece bien. -Dijo Emilia y ambos bebieron un largo sorbo de té.


-Desgraciadamente tengo que marcharme ya.- Concluía ella mientras apuraba su taza.

Ambos soltaron las tazas, y Emilia con una mueca irónica le miró a los ojos y encendió un interruptor.

Ante ella un gran espejo con luces iluminó su rostro. Cogió una brocha y con una sonrisa terminó de  maquillarse. El show iba a empezar y algunas de sus compañeras de escenario iban llegando.

-¿Qué tal Emilia?

-Aquí guapa, preparándome para darlo todo.

- No sé cómo puedes tener siempre tanta energía y seguridad en ti misma. Pareciera que tienes hecho un pacto con el diablo.

Emilia se levantó, se estiró los guantes y contestó:

-No amiga, es el diablo el que tiene un pacto conmigo.

Comenzó la música, se abrió el telón y Emilia desapareció tras el brillo de las luces bajo una avalancha de aplausos.