sábado, 31 de octubre de 2015

Viaje al Centro de Nosotros.


Aquí estoy. Muy dentro de mis adentros, sola porque así lo deseo, en mi prisión cautelando mi propia llave. Encerrada en mi reino por voluntad propia.

A veces necesitamos estar así, en silencio, en oscuridad, en verdadera soledad. Y pensar o no pensar, son tiempos necesarios pero no necesariamente para aclarar nuestra mente, el simple hecho de darnos un tiempo de aislamiento es ya beneficioso para nosotros.

Si miro por mi ventana y veo a todo el mundo de fiesta, cantando, paseando y riendo, siento que quizás lo insano es quedarme aquí, pero suelo escuchar y respetar mis emociones y mi deseo es alejarme un instante de todo. No voy a preguntarle a mi cuerpo y a mi mente porqué hoy han decidido descansar del ruido, de otras personas, de mostrarme ante los demás, del compromiso incesante que tenemos con la sociedad. Solo voy a guardarme y restablecer mi orden.

Hoy toca perder el día en mis cosas, fregar, escribir, tocar la guitarra y mirar durante largo rato mi pared con algo de música suave, para conseguir calmar mi alma soliviantada por tanta vida en movimiento. Cada persona tiene un ritmo distinto, el mio ahora está cambiando. Durante toda mi vida he ido más deprisa que los demás, torpe y despistada de tanta velocidad, pero siempre angustiada por tener que esperar al mundo, pero los años cambian ese ritmo, y ahora me siento que empiezo a ir tarde a todo, tarde y cansada, muy cansada. A veces más cansada de mi misma que del mundo, pero necesitada de una pausa de cualquier forma.

En estos ratos de estar conmigo misma, es en los que descubro las cosas más interesantes sobre mi, mis virtudes y mis defectos, lo que me gusta y lo que no, lo que voy a consentir y lo que no, pero de una forma más honesta y real.

De mis virtudes no voy a hablar porque me parece publicidad barata, y sin nada que destacar, en mis defectos lo que más duele son los que veo que me hacen daño a mi misma, que con el tiempo terminan dañando a los demás, así que toca también examen de consciencia y debate.

A veces me cansa tanta fiesta, tanta risa y banalidad, me siento abrumada por los acontecimientos como una niña a la que le ofrecen varios juegos a la vez y no quiere perderse ninguno, pero le cansa tener que jugar a todos...nunca estoy satisfecha, todo ha de ser perfecto, y desgraciadamente en esta vida nada es perfecto. Así que de vez en cuando paro, dejo mi corazón desértico, y recorro los recovecos de mis debilidades, mis miedos, mi dolor y mis defectos.

Las grandes ideas del hombre nacieron en la soledad más profunda del interior de las mentes más privilegiadas, el reencuentro con nosotros mismos, algo que para muchas personas es un imposible. La mayoría de la gente buscan estar rodeado de personas, haciendo lo que sea, ocupando su espacio y su tiempo, deprisa, y viviendo con una rutina que les hace sentir estabilidad, hasta que un día se dan cuenta que se han dejado atrás otros caminos, otras vivencias, errores y pérdidas, obviaron madurar,  por no parar y mirar dentro de si mismos cuando debían. Probablemente es el miedo a no aceptarse, a conocer de verdad nuestra naturaleza, a la honestidad de nuestras circunstancias.

Son tiempos de espera que como todo en la vida pasan, y si son deseados deben de ser respetados. Aunque ya pasado el compás a contratiempo y resuelto nuestro corazón, no hay nada como salir a la vida y reencontrarse con los que nos han esperado. Yo  pronto estaré en una gran fiesta, cantando, bailando y riendo, pero hasta entonces me quedo aquí, entre mantas y almohadones, con música suave y algún libro, quizás un paseo, el fresco en la noche aliviando mi alma, , en mi sitio de vivir, en mi casa, en mi hogar, donde yo solo puedo estar..., muy adentro de mi.




jueves, 29 de octubre de 2015

¿Qué hago con mi vida?

Hace unos días alguien sabio me dijo que vivir esperando la muerte es una pena, y estoy de acuerdo. Por eso me estoy dedicando a trabajar mi existencia, buscar la mejora constante, el esfuerzo para un futuro éxito, la constancia que nunca tuve para conseguir una vida estupenda. Cada día me levanto, me remango y me pregunto qué es lo que tengo que hacer para cambiar las cosas, al menos las cosas que se pueden cambiar.

Juraría aunque no pueda demostrarlo, que mi trayectoria en este último año ha sido una odisea titánica hasta llegar donde estoy, y eso que aun estoy de las últimas en la fila, pero veo cada día que mi esfuerzo es recompensado de alguna manera, sin embargo, ahora que todo va yendo mejor, y las cosas empiezan a rodar algo más rápido, a mi me entra una sensación extraña, ¿realmente esto es lo que quiero?
¿o sólo son pasatiempos mientras espero el final?. Durante mucho tiempo no tuve claro el porqué, ahora ni siquiera me lo pregunto, el motivo no importa, lo único que importa es lo que hacemos una vez estamos aquí.

Lo correcto, lo que puedes, lo que te apetece, lo que te permiten, lo que crees que te permiten...¿Que haces tú aquí?, ¿Que estás haciendo con tu vida?, suponiendo que esto sea una obligación y que sólo tenemos una. 

Yo hago todo lo que puedo, quiero, me permiten y me apetece...y sin embargo sigo mirando mi realidad insuficiente, no se me ocurre mirar atrás para ver todo lo que he conseguido y sentirme orgullosa, no, yo prefiero mirar hacia adelante y buscar nuevos retos que me arrastren hacia el futuro, probablemente porque mi presente sigue siendo un montón de escoria reciclada a la que le tengo cariño. Aun así me siento perdida en cada nueva esquina, cómo si estuviera esperando noticias del universo que me indicaran...pero el universo calla...y lo peor de todo es que yo sé porqué.

Ya me lo dijo todo, saberlo lo sé, pero como un niño al que su padre le ha negado un juguete, pregunto una y otra vez, a veces pataleo y a veces me canso, pero sigo esperando, pensando que pueda cambiar de opinión. ¿Saben lo que es el destino?


destino

 s. m.
  Finalidad que se da a una cosa: el destino de estas vacas es la producción lechera.
  Lugar adonde se dirige alguien o algo: el tren con destino a Madrid efectuará su salida dentro de diez minutos.
  Trabajo que realiza una persona o lugar en el que se desempeña: acaba de aprobar las oposiciones de magisterio y está esperando saber su destino.
  Situación a la que llega una persona de manera inevitable como consecuencia del encadenamiento de sucesos: por la manera que ha vivido, su destino era acabar solo.
  Fuerza supuesta y desconocida que determina lo que ha de ocurrir. hado, sino.

Ahora creo en el destino, porque el destino es también cada una de las cosas que nos suceden en el día a día, cada una con su importancia, y nos sucederán en el futuro. No quiero decir que el futuro esté escrito, pero sí es cierto que lo que sucede en nuestras vidas sucede, y lo que no sucede es porque no debía haber sucedido, no hay que buscar más explicación.

Está bien el preguntarse de vez en cuando qué es lo que estamos haciendo, trabajar para conseguir nuestras metas, hacer familia en vez de amigos y amigos en vez de conocidos, amar aunque no seamos amados de igual manera que si lo somos, y pasar el tiempo lo mejor posible, no esperando a la muerte pero tampoco creyendo que lo que hagamos es tan importante que nos salvará de ella, al fin y al cabo aquí estamos de paso, y cuando te preguntes por tu vida y te sientas angustiado y perdido, siéntate un instante a admirar el paisaje, porque...

A veces lo importante no es nuestro destino,
 si no el viaje que hacemos toda nuestra vida para llegar hasta él.







domingo, 25 de octubre de 2015

Cuidado con lo que Deseas

Era lo que deseaba.

Yo era un niño perdido buscando una familia de adopción que me aceptara como soy. Unos payasos ambulantes pasaron a mi lado en el camino, me invitaron a reír y a cantar con ellos por pueblos y ciudades sin horario ni rumbo. Me daban para comer y donde dormir, y mucho cariño y amor. Sin pensarlo dos veces me fugué con ellos a vivir aventuras, conocer gentes y hacer reír a los niños. Ahora se han convertido en parte de mi,  pero parece que ya hoy me toca salir a la pista y demostrar que soy digna de estar con ellos. aunque yo tengo que salir sola. De repente todo se vuelve oscuro, los niños han desaparecido y son ellos los que se ríen de mí, pero porque me equivoco, porque no sé hacer reír, soy patética, sus risas retumban en mi cabeza...entonces me despierto.

Como si de un sueño se tratara me veo de repente metida en una historia gemela. Lo que desde niña más deseaba, el sueño de mis mejores sueños, pero ahora mis pánicos más terribles están sentados al lado mío y lo convierten en pesadilla. Miro a mis miedos a la cara y no sé aun aguantarles la mirada, sé que están ahí. Están justo entre alcanzar lo que deseo y yo, justo ahí, diciéndome: "debiste pensarlo bien antes de pedirlo", "no pidas lo que no puedes tener".

El público está en silencio, el foco me alumbra solo a mí, con mi nariz roja y mis zapatones. Todos esperan, el tiempo se ha detenido y yo no puedo, no me sale, todos me miran, al fin no sé, no puedo hacer reír...

Sé que son miedos infundados, que todo termina por aprenderse con esfuerzo, pero esa es la parte cerebral, las emociones van todavía un poco a rastras, y le dicen a la razón sus razones, basadas principalmente en la inseguridad y el miedo, siempre ese horrible enemigo, el miedo.

Lo primero es que yo no me gusto a mí, ahí está el primer detalle. Yo para estar conmigo por casa estoy bien, pero en cosas donde haya que requerir una presencia ya no me veo. Segundo que mi memoria casi senil me juega malas pasadas y mi mente se quedará en blanco en el momento más inoportuno, y tercero que ya no hace falta que me conceda el universo ese deseo...de verdad, que con el detalle ya está bien.

A veces deseas algo mucho mucho, durante toda la vida y cuando lo tienes sientes que llevas toda la vida con el deseo equivocado, no porque el deseo no te haga feliz, feliz te sientes, pero el hecho de tener entre tus manos éso que anhelabas en lo más profundo de tu corazón, puede tornar  la alegría en una responsabilidad, sufrimiento, estrés, o cualquier otra emoción que nos hace arrepentirnos de haberlo deseado, pero ya es demasiado tarde para echarte atrás y no te queda otra que cumplir tu parte.

Me figuro que en el protocolo de los deseos debe estar bien visto el hecho de cumplir lo pactado. No voy a consentir que ésa parte de mí que se encarga de boicotearme la vida se salga esta vez con la suya. Muchas veces tuve un examen así, y todas las veces lo estropee, salí corriendo de la pista mientras todos me abucheaban, a veces ni aparecía, hacía cualquier cosa con tal de excusar mi fracaso, buscado y deseado en mi inconsciencia, seguramente para no vérmelas en las que estoy ahora.

Así que voy a respirar hondo, y  empezar mi show, si los niños no se ríen, seguramente me sentiré fracasada, pero ¿y si estoy confundida?, son mis miedos los que me hablan, pero si dejo hablar a mi  sensatez la luz se enciende y los niños mi miran con los ojos iluminados,  no oía sus risas porque no estaban riendo, estaban embobados con la melodía de mi saxofón, y mi familia me mira orgullosa mientras lloran de emoción con chorros de lagrimas cómo  fuentes y se consuelan con pañuelos gigantes...


 Los deseos hay que cazarlos como cuando pasan las estrellas fugaces, rápidamente, y no debemos consentir que se nos escapen por flojera, o miedo, o porque rompan nuestros esquemas, pocas veces el universo nos da esa oportunidad, pocas veces me la ha dado a mi, y yo no puedo fallarle ahora al universo, no puedo fallarme a mi, no puedo fallar a los niños, por eso dejaré de pensar que en lo que haga cabe la posibilidad de fallar, todo saldrá bien, el único fracaso es no disfrutar de mi deseo cumplido. La luz del circo se encendió, todo brilla y todos están bailando en la pista central para celebrar el gran éxito final.

Una familia de payasos ambulantes pasaron a mi lado en el camino y fuimos felices para siempre, tal y como yo lo desee. Así que cuidado, porque a veces, no muchas, pero más de las que parece, los deseos se cumplen. Piensa muy bien de verdad lo que vas a desear.




domingo, 18 de octubre de 2015

La verdad os hará libres.

Y como si de un dios se tratara, un día el hombre creo la mentira y la verdad.

Hay muchos tipos de mentiras en el mundo, pero para mi entender la más penosa de corazón es la mentira que nos hacemos a nosotros mismos. Cuando negamos lo que somos y cómo somos, ante el mundo y sobre todo ante nosotros mismos. Por el qué dirán, porque sabemos que la verdad no la acepta nadie. Cuando hacemos lo que otros quieren y compramos "lo falso" pagando con nuestro silencio, una parte de nosotros se va ensuciando de un mal sabor para siempre.

Otros nos engañan, nosotros nos mentimos. Mentimos cuando no reconocemos nuestra verdad, pero también cuando callamos ante la verdad de otros. Parece que la verdad tiene una gran importancia pero la verdad es que todos mienten.

Yo quiero ser libre, he abierto las puertas de mi alma a una nueva sensación, la sinceridad. Es tan fácil como decir lo que sientes, no lo que piensas. Tan tonto como expresarnos, de forma asertiva, empática, simpática o cómo mejor podamos, pero expresar lo que pasa por nuestra alma. Nadie va a adivinar porqué le hemos contestado mal, nadie sabe por ejemplo, que en nuestros planes está resolver un problema grave que nos angustia, nadie sabe nada, pero nuestro cuerpo, nuestra voz expresa discordia, y nuestra discordia creará discordia en los demás, y al final una situación común sin maldad se convierte en un problema, por no haber expresado nuestros sentimientos, o puede que por miedo a hacer ver que tenemos sentimientos.

A veces por mucho que expliquemos el entendedor no llega a entender, pero si hablamos con el corazón, cualquier persona con un poquito de corazón nos entenderá...

Aunque la sinceridad más absoluta y leal la debemos tener con nosotros mismos.Preguntarnos
¿qué es lo que deseamos de verdad?, ¿qué nos hace feliz?, y aunque sea la estupidez más grande del mundo, aceptarlo, y si es la cosa más horrible del mundo aceptarlo también. Gestionar después ese deseo es un trabajo secundario, pero aceptar nuestra propia condición es el primer paso para sentirse persona en esta sociedad tan inteligente y capacitada, donde cualquier cosa nos supone el mayor de los problemas y nos obliga a mentirnos a nosotros mismos.

Igual que aceptamos que no nos gusta el pescado, o que nuestro cabello es rizado, hemos de aceptar que somos rencorosos, o vagos, o improductivos, o descarriados...Puede que no queramos ir a la guerra y nos quedemos cantando "Acuarius" mientras fumamos hierva, puede que seamos rencorosos, ¿y que?, dentro de nuestro territorio privado y siempre mientras no hagamos daño a nadie, es donde podemos ser como somos, nuestra tendencia sexual, nuestra tendencia laboral, nuestra tendencia social, nuestras flores y nuestras ruinas deben ser verdaderas y aceptadas...


Aunque tampoco confundamos aceptarnos con adorarnos. Tampoco podemos pensar " yo soy así y el mundo que se aguante ", desgraciadamente y mientras sigamos viviendo en manada tenemos que respetar ciertas normas, pero en esas normas no debe estar querer ser lo que no somos para que los demás sean más felices. No. La verdad abre muchas puertas, nadie rechaza la sinceridad de corazón, pero la nuestra es la base del resto de nuestro castillo de sólida honestidad. La cuestión es que mientras que nosotros no conozcamos nuestra verdad no podemos ser sinceros con nadie aunque creamos que lo estamos siendo, puesto que le estaremos hablando de algo que desconocemos, y la única manera de conocer nuestra verdad es dejando a un lado todos nuestros miedos.

Los miedos a la exclusión, a no cumplir las normas y que nos riñan, son los que te confunden, te hacen crear una verdad desfigurada, una mentira travestida que te aconseja mal....El miedo es el peor enemigo del soldado, del artista y del caminante, el miedo consigue que te maten, y solo hay una forma de combatir el miedo...que por bonita casualidad y cómo dato curioso es  con la verdad.

Con esa verdad que tanto cuesta, que se nos atasca en las venas y se esconde cuando estamos frente al espejo, tras la prisa diaria y la monotonía. Esa verdad que a veces hiere con tan solo existir,  la verdad que a mi me hace libre hasta donde llegan mis campos sin miedo, la verdad que cuentan que nos hará libre a todos...si es que alguna vez existió, si queda algo todavía en esta existencia en lo que podamos creer, algo que sea verdad...






domingo, 11 de octubre de 2015

Micro Relato. La Señora del Vestido Blanco.

Era uno de esos días en los que no hago nada en especial, pero llego tarde a todas partes. Aparqué mi coche donde todos los días, pasé por el mismo puente de todos los días, y me encaminaba ensimismada en mis pensamientos por las calles de todos los días hasta que la vi.

Estaba sentada en un banco de la Alameda, con cara de cansancio y una mueca que parecía una sonrisa. Cuando la vi algo paralizó mi cuerpo, entonces ella me miró. Tenía el pelo largo, muy largo y canoso recogido en una trenza, llevaba un vestido blanco, ancho, amarrado a la cintura con un pañuelo gris. Tenía una mirada penetrante y sin decir una sola palabra, se acercó hacia mí trabajosamente.

Yo me quedé en el sitio, perpleja, sin saber exactamente quien era, ni lo que quería, mis piernas no se movían y mi alma parecía haberse anclado en ese instante a ese sitio.

-Hola, te estaba esperando

Me tomó del brazo y como si bailara conmigo suavemente me llevó hasta aquel banco donde me senté a su lado.

-¿Por qué tienes tanta prisa?.- Me habló pausadamente- Aun eres muy joven, y te quedan muchas cosas por vivir. Nunca conseguimos quedarnos en el centro de las cosas ¿verdad?. jejeje Ya sabes todo lo que tienes que saber, sólo tienes que empezar a actuar como la mujer que eres. Tienes dones, tan grandes que puedes sentirte más plena y dichosa que la mayoría de los humanos, sin embargo te empeñas en saber más, en tener más, ¿no te das cuenta que ése es tu aprendizaje?.

La mujer habló serenamente, con una voz grave pero que parecía tararear en vez de hablar, y miraba al frente con la cabeza alta, mientras yo me había convertido en una especie de larva escondida dentro de mi misma, con las manos apretadas y los ojos clavados en el suelo.

-¿Por qué he de aprender?, ¿Para qué sirve todo ésto?

-¿Crees que todo tiene que servir para algo? Ay pobre niña, ésto no está creado para un fin, no existe el fin ni el principio, todo sigue un movimiento, el universo, los planetas, las motas de polvo, todo está en constante cambio, cada segundo es una transición...pero tú tienes demasiada prisa, y yo tengo que hacerte entender que aún no es el momento.

-¿El momento de que?

La mujer cogió mi mano y la puso en su regazo, mientras fijaba sus ojos en mis ojos.

-El momento de que creas que ha llegado el principio de tu fin, porque ambos son la misma cosa, y ninguno existe, el momento de que renuncies a la inocencia que aun te queda. ¿No te das cuenta?  Detrás de cada día viene otro, y aunque detrás de una risa puede venir un llanto quizás después toque otra sonrisa, lo que ayer no existía hoy es la razón de tu existir, y puedes hacer todo lo que puedas hacer, y lo que no, nunca tuviste que hacerlo.

En mi corazón se apretó un nudo al mirarle a los ojos, viendo mi propia mirada más anciana y triste. La mujer apretó mis manos en un gesto de despedida.

-¡Espera!- le grité - Entonces ¿qué debo hacer con el resto de mi vida? , ya pasó la juventud, todo lo que queda es decadencia, cada día será más difícil y doloroso que el anterior, ¿cómo podré soportar eso?

-Igual que una hoja soporta caer en el otoño, mi niña. Despierta cada mañana, duerme cada noche, come para vivir, trabaja, sueña, olvida tu pasado, y deja en blanco tu futuro, en el más puro de los blancos. Tendrás momentos preciosos, y momentos en los que rezarás al infierno, pero tu sigue durmiendo cada noche y despertando cada día, y todo pasará...Cómo ya te he dicho, sabes todo lo que tienes que saber.

-No volveré a verla nunca ¿verdad?

-Si, mi niña, volveremos a vernos y te acordarás de mi y yo me acordaré de ti, y podrás contarme todo lo que has vivido, pero para eso aun queda mucho, mucho tiempo.

La mujer se levantó y aunque caminaba despacio antes de que me diera cuenta había desaparecido entre la gente, salté del banco y me apresuré en su busca, la necesitaba a mi lado más tiempo, mucho más tiempo, creo que sentí que la necesitaría para siempre, aunque por más que busqué no pude encontrarla de nuevo.

Al momento recordé que me estaban esperando, y como si nada hubiera ocurrido me encontré mirando al banco donde la vi minutos antes sentada, pero el banco estaba vacío, yo estaba en ese sitio parada y la gente pasaba deprisa a mi alrededor. Me colgué mi mochila y me marché sin mirar atrás, caminando por las mismas calles de todos los días para llegar al mismo sitio de todos los días, solo me detuve un momento para mirar un escaparate de ropa usada, estaba sin un céntimo encima pero la chica de la tienda sacó una caja de ropa a la puerta con un cartel de "1 €", entonces vi un vestido blanco que me pareció cómodo para esos días de calor, sin pensarlo dos veces entré en la tienda y le dije a la chica que me llevaría aquel vestido. Mientras sacaba mi euro la dependiente me miró y me preguntó que para quién era el vestido.

-Para mi, por supuesto. -Le dije.

-Usted es demasiado joven para este tipo de vestidos, pero si le gusta llévese gratis este pañuelo gris y póngaselo en la cintura, le dará un aspecto muy especial, a usted le quedará muy bien y le durará mucho tiempo...








viernes, 9 de octubre de 2015

CARTA AL SR. RAJOY

Sr. Presidente del Gobierno Español:

Me gustaría dedicarle esta carta, y desearía con ella hacerme la voz de muchos españoles que están viviendo bajo su política de Gobierno y que como yo se encuentran en una situación de miseria y ruina.

No entiendo apenas de política, y es por ello que no voy a hablarle de ella. Me gustaría hablarle como al hombre que atendería a una anciana que se cae en la calle, o que dedica su último pensamiento del día a sus seres más queridos.

No tengo trabajo. Soy uno más de ese gran número cambiante de españoles que no tienen nada que hacer el lunes por la mañana. Sé que éste problema le preocupa, pero también sé que lo que le preocupa es sólo un  número de una estadística, no las personas que están detrás.

El país está cayendo en una depresión bipolar, por un lado los que tenían  algo cada vez tienen más,  y pueden permitirse jugar su "Monopoly" personal, comprar, vender, mover dinero, cosa que todos sabemos que es lo que mueve la economía, aunque en nuestro caso mueve la corrupción principalmente. Pero el problema es que la otra mitad del país, los que tenían poco ahora ya no tienen nada, y no sólo no pueden mover la economía si no que además tienen la manía de darse a la mala vida, morir bajo cartones en la calle, caer enfermos, robar en establecimientos, traficar tabaco, etc...Usted no gobierna un país Sr. Rajoy, gobierna dos clases de españoles, pero las gobierna con las mismas normas burocráticas absurdas, aunque para uno sea una propina lo que para el otro es la diferencia entre comer o no comer. En este caso no se sabe ni siquiera quienes son los buenos y los malos, porque yo creo que aquellos que tienen para pagar millones de fianza y librarse de la cárcel, no deberían tener necesidad de robar, ¿o si?, mientras que los que no tienen nada, si roban por necesidad no se pueden librar ni de la más mínima multa..

Me he puesto a buscar trabajo, llevo más de un año, pero para mí no hay nada. ¿Y sabe porqué? porque no tengo treinta años. Han creado ustedes, el gobierno,  un maravilloso "Carnet Joven" que da una bonificación fiscal a las empresas que ejerzan la contratación de los poseedores de este don, y han conseguido que descienda el número de parados en la franja de edad bonificada, enhorabuena, han conseguido incluso que se rescindan contratos para cambiar por personal más joven, pero mi pregunta es ¿que pasa con los demás?. A los que perdimos nuestros trabajos cuando la crisis llegó, se nos ha castigado sin bonificación ninguna. No lo entiendo. Si con el sueldo anual de un ministro tendríamos para bonificar a todos los empresarios de Andalucía para que pudieran contratar a quien les diera la gana. Y sobre todo a nosotros, que fuimos los que cuando teníamos treinta años tampoco teníamos trabajo porque entonces a los que se apoyaba era a los de cuarenta. Nosotros que confiamos en el gobierno y su publicidad política, viviendo en la burbuja económica felizmente, sin saber el daño que nos hacíamos, porque en ese momento "España iba bien". Nosotros también movimos mucho dinero, compramos casas, coches, prestamos, lujos...que aún estamos pagando, lo malo es que ahora usted se ha olvidado de nosotros, la generación que se rompió en dos cuando todo estalló, la pobre clase baja que cayó al vacío cuando la economía Española se rompió.

Hay 26.000 parados en España, medalla de plata después de Grecia entre los países de la Unión Europea. De ese número, una gran parte son parados de menos de veinticinco años, que aunque sea una edad maravillosa para entrar al mercado laboral, no es la edad en la que más se necesita estar en el mercado laboral, porque por norma general a esa edad estamos aún en preparación y carecemos de cargas.

He querido profundizar para saber la diferencia en la tasa de paro entre los menores y los mayores de treinta años, pero tras investigar un poco veo que la  franja principal de medida que aparece en todas las encuestas se coloca desde los veinticinco hasta los sesenta y cinco años, y no aparecen a primera vista datos diferenciados por décadas dentro de todo ese amplio espectro de edad. Con lo cual es muy difícil saber cuantos padres y madres de familia están recogiendo comida en los economatos sociales para alimentar a sus hijos, a cambio de que los universitarios de treinta años puedan permitirse dar consejos de máster y competitividad laboral, sólo porque al empresario le conviene más fiscalmente.

Así que en vista de que España es un país para ricos, y o jóvenes he decidido emigrar a otro sitio, donde me sea más fácil ganarme la vida y mantener a mi familia. y resulta que incluso con crisis la mayoría te da más oportunidades de las que nunca hemos tenido aquí.

Ahora me vienen a la memoria esos años de la posguerra, en los que las coplas cantaban las penas de los emigrantes por tener que marcharse fuera. "Adiós mi España querida...", aunque yo sinceramente creo que me iré con una sonrisa, porque somos un país que nunca se quiso, con la autoestima baja, y donde el resto del mundo se limpia los pies para entrar y salir de sus gobiernos. Me avergüenzo de ser española. Me da igual el partido que lidere el país, si unos engañaron, los otros mintieron, y los siguientes robaron y los últimos extorsionaron.

Soy consciente de la insignificancia de mi escrito, soy consciente de que la conclusión será que soy más verde que amarilla. La verdad es que en este caso lo único que desearía es que mis palabras fueran la voz de muchas personas, que se compartiera esta carta, y se le sumaran muchas cartas más, y llegaran hasta usted, y que en cada una de ellas viera a esa persona que pasa hambre, y no una décima más en una cifra. Y quizás si dentro de su corazón queda algo de orgullo por su país puede que se ponga los pantalones de una vez y nos saque de esta guerra sin enemigo que está matando España, aunque creo sinceramente, Sr. Rajoy, que ni siquiera en usted quede algo de orgullo por ser español.

Atentamente: La demandante de empleo 15.452.




lunes, 5 de octubre de 2015

Un Mundo de Usar y Tirar.

A veces no sé explicar nada más allá de mi vergüenza. La vida actual, cansina y vacía me rebasa y me quedo sin argumentos.

La realidad es demasiado sucia, todos mienten, la sinceridad no está permitida.

Somos soldados uniformados, vivos sólo en un átomo profundo de nuestro interior, enfundados en lo que otros decidieron que debemos ser, y la mentira es la forma de vida, la mentira hacia los demás, y la más horrible de las mentiras  la que nos hacemos a nosotros mismos. Miramos para otro lado ante nuestra propia miseria, es demasiado duro, cruel.

¿Quién ha dicho que aquí se viene a pasarlo bien?, incluso  los que parecen tenerlo todo tienen sus miserias bajo las alfombras de lujo, sólo es eso...apariencia. Aquí nadie tiene nada, nadie es nadie, y nadie merece nada, pero es algo que algunas veces sólo descubrimos justo antes de morir. Nos movemos porque la ley de las energías y el movimiento así lo dictan, alguien se está divirtiendo mucho allá en el gran universo, mientras nosotros pobres mortales nos matamos intentando sobrevivirnos a nosotros mismos.

Trabaja, lucha, no hay dolor, no llores, y si no puedes eres un desgraciado. Los desgraciados viven enfermos en su desgracia, constantemente doloridos e incapaces de seguir el ritmo obligatorio, quedan a un lado y escuchan lo maravillosa que es la vida de los que dicen ser afortunados, preguntándose porqué.

Yo soy una desgraciada. No tengo oficio ni beneficio, no he terminado nada, no encontré nada, no soy admirada, ni querida, nadie me piensa, ni escucha mis palabras, estoy porque tiene que haber de todo, hasta cucarachas y mosquitos, al menos eso es lo que me sugiere ésta pésima sociedad que me ha tocado.

Todo está informatizado, todo viene con "caducidad programada", los coches, las casas, los móviles, las personas, los amores, los hijos, los trabajos...Hacemos tantas cosas en tan poco tiempo, que nos sobra vida, nuestros ciclos terminan demasiado pronto, pero cómo además la esperanza de vida es cada vez más alta, hemos de crear un motivo en nuestra existencia, reinventándonos constantemente...reiniciándonos.

Todo tiene ya un tiempo de uso programado, y se autodestruye lo bastante pronto como para que tengas que consumir más de lo mismo. Todavía en la época de mis padres, lo que se conseguía a base de mucho trabajo, se conservaba para siempre. Se tenía una profesión y un trabajo, un coche que duraba casi una vida entera, un amor que aunque cambiara de aspecto era respetado y mimado hasta el último día, los amigos, la gente, nuestra casa...

Pero ahora todo es distinto, estamos en la era de "usar y tirar", pañuelos, pañales, trabajos, teléfonos, ropa, amigos, amores, hobbys...la efimeridad nunca fue tan clara, tan asquerosamente clara. Hay tanto que hacer, tanto que viajar, tanta tecnología que poseer, tantas personas que conocer, tantas experiencias que coleccionar...se ha puesto de moda vivir, pero creo que el concepto se ha actualizado, y yo me he quedado atrás, porque ahora que tengo el tiempo, las ganas y la consciencia, es cuando menos vida veo a mi alrededor.

Me siento como un vivo entre zombis, desgraciada o no, me cuesta entender hacia donde vamos, ¿en que terminará esta sociedad vacía?. Yo espero no tener que llegar a ver mucho más horror "cuestionable" en tiempos de "supuesta" paz.

El planeta se muere y la raza humana quiere terminar la fiesta por todo lo alto con una última bacanal antes del próximo diluvio. A veces siento miedo de lo que puede llegar a hacer el hombre, a veces siento miedo de lo poco que importa lo que llegue a hacer...nos creemos especiales, inteligentes, evolucionados. A mi entender somos una panda de imbéciles que tienen lo que se merecen un mundo sumido en el caos y la falta de realidad.

Que los deprimidos se mueran, y los ricos se ahoguen en su oro, que los vanidosos pierdan sus sentidos, y los quejicas conozcan el dolor verdadero. A veces pienso que el mundo necesita una lección, que al igual que el bien, el mal y el dolor también son necesarios. Para que entendamos que la vida no es una gracia divina, si no una obligación, y que el mundo es un lugar que no nos pertenece, y del cual no quedará nada si seguimos mirando para otro lado y creyendo que la existencia está a nuestro servicio...cuando si hay algo que de verdad es de usar y tirar en el planeta tierra es la impertinente y absurda existencia de la raza humana.