Mostrando entradas con la etiqueta mentirosos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mentirosos. Mostrar todas las entradas
martes, 26 de enero de 2016
Réquiem por los Seres Mezquinos
Ha sido horrible, todo sucedió muy deprisa, aun me siento confundida, de repente todo se ha hecho un nudo en mi cabeza, y mi corazón no sabe si correr o pararse, la traición y la mentira me pueden. Me han hecho daño...
Hace tiempo hice un test en Internet que me decía que tenía una estupenda inteligencia emocional, y la verdad es que incluso en ese momento me lo creí, realmente sí que me sé toda la teoría, lo tengo todo clarísimo, sería capaz de darle cátedra a un psicólogo, a un cura y a un chaman a la vez. Pero todo es papel mojado, todo es nada, porque nada de eso sirve. A la hora de la verdad cuando te hacen daño en lo más profundo de tu corazón no valen teorías, por más que hayas aprendido en la vida, sientes el mismo dolor que cuando eras un adolescente, lo que has aprendido con los años es más bien a excusarlo y a callar.
Me han herido, me han traicionado, alguien se coló en mi fortaleza y me lo ha robado todo. Bueno...la verdad es que yo dejé que se colara, y yo le permití que se lo llevara todo, porque en verdad nada de eso me importa. Pensé por un momento que el cobarde se arrepentiría de dañar a una buena persona, yo no me defendí, en todo cedí, y aun así el cobarde tomó lo que no era suyo y se fue.
Quedé entonces de nuevo en mi fortaleza ya vacía, pensando en la ruindad humana, en las personas que sólo piensan en ellas, que mienten, que trapichean sentimientos y aun así, se sienten grandes y honestas personas. No uno ni dos he conocido de esos, muchos son ya, pareciera el mismo ser ruin con distintas caras, mujeres, hombres y niños no tan niños, que ensucian sus vidas con egoísmo. Insensatos que buscan el cielo llamando a la puerta del infierno.
Bueno...algo sí que he aprendido; aunque duela igual cada vez, ahora ya no lloro, ni por nadie ni por nada, no presto mi dolor a quien no lo merece, no idealizo lo que me huele de antemano una bonita pero falsa historia de hipocresías.
Ya está bien de creerme patrañas, el honor desapareció, la verdad no reina el corazón de nadie ya, no puedo defenderme con mi verdad cuando otros me clavan su traición, no quiero, ya no necesito a nadie, ya no pueden hacerme daño. Desde que todo se ha convertido en una gran mentira prefiero mi soledad siempre rancia, pero siempre cierta. Lo único de lo que estoy segura, la única cosa en que confío, yo y mis circunstancias, yo, que sé hasta donde quiero creerme de esta vida.
No me duele que se aprovechen de mi, puesto que no me duele lo que ha de quedarse aquí cuando me vaya, me hiere más saber la calidad humana que recorre nuestras calles. ¿En qué momento las personas empezamos a importarmos tanto como para entrar en la vida de los demás como un elefante en una cacharrería?...
Yo no sé mañana si volveré a confiar en alguien o en algo, pero hoy por hoy prefiero andar de puntillas, no tengo aliados, no tengo a nadie protegiendo mi espalda, estoy sola con mi espada de madera, y mi único objetivo es defender mi lugar de vivir hasta que deje de serlo. Puede que fuera más fácil seguir creyendo la ilusión del mago, pero hace tiempo que descubrí casi todos sus trucos y ya no me creo absolutamente nada.
Y... a respirar hondo y a no tener miedo, ya sabemos que ahí afuera está siempre el enemigo esperando cualquier flaqueza para aprovecharse de nosotros, sabemos todo lo que tenemos que saber de él y los años nos darán la paciencia y la calma para no ceder en nuestra empresa, pero cuidado...porque aquellos que vengan a asaltar tu vida no serán seres extraños con sentimientos turbios, en verdad ni siquiera son tantos, en verdad ni siquiera vendrá armado, y no romperá nada cuando entre en tu vida, puesto que el ladrón solo es uno, e igual que yo, tu también le abrirás tu puerta y le dejarás que se lo lleve todo, y quizás si le preguntas cómo se llama, te diga que se llama: Juana, Fermín, Elísa o San Gabriel, pero no le creas, porque es un mentiroso,.siempre se lo lleva todo y duele cuando se marcha. ¿No te suena? puede que lo conozcas , ...se hace llamar "amor"...el mezquino y viejo... amor.
Etiquetas:
desconfianza,
egohistas,
hipócristas,
Malas personas,
me han engañado,
me han robado el corazón,
me siento traicionado,
mentirosos,
miedo,
no te dejes engañar,
seres mezquines,
soledad,
traicion
domingo, 18 de octubre de 2015
La verdad os hará libres.
Y como si de un dios se tratara, un día el hombre creo la mentira y la verdad.
Hay muchos tipos de mentiras en el mundo, pero para mi entender la más penosa de corazón es la mentira que nos hacemos a nosotros mismos. Cuando negamos lo que somos y cómo somos, ante el mundo y sobre todo ante nosotros mismos. Por el qué dirán, porque sabemos que la verdad no la acepta nadie. Cuando hacemos lo que otros quieren y compramos "lo falso" pagando con nuestro silencio, una parte de nosotros se va ensuciando de un mal sabor para siempre.
Otros nos engañan, nosotros nos mentimos. Mentimos cuando no reconocemos nuestra verdad, pero también cuando callamos ante la verdad de otros. Parece que la verdad tiene una gran importancia pero la verdad es que todos mienten.
Yo quiero ser libre, he abierto las puertas de mi alma a una nueva sensación, la sinceridad. Es tan fácil como decir lo que sientes, no lo que piensas. Tan tonto como expresarnos, de forma asertiva, empática, simpática o cómo mejor podamos, pero expresar lo que pasa por nuestra alma. Nadie va a adivinar porqué le hemos contestado mal, nadie sabe por ejemplo, que en nuestros planes está resolver un problema grave que nos angustia, nadie sabe nada, pero nuestro cuerpo, nuestra voz expresa discordia, y nuestra discordia creará discordia en los demás, y al final una situación común sin maldad se convierte en un problema, por no haber expresado nuestros sentimientos, o puede que por miedo a hacer ver que tenemos sentimientos.
A veces por mucho que expliquemos el entendedor no llega a entender, pero si hablamos con el corazón, cualquier persona con un poquito de corazón nos entenderá...
Aunque la sinceridad más absoluta y leal la debemos tener con nosotros mismos.Preguntarnos
¿qué es lo que deseamos de verdad?, ¿qué nos hace feliz?, y aunque sea la estupidez más grande del mundo, aceptarlo, y si es la cosa más horrible del mundo aceptarlo también. Gestionar después ese deseo es un trabajo secundario, pero aceptar nuestra propia condición es el primer paso para sentirse persona en esta sociedad tan inteligente y capacitada, donde cualquier cosa nos supone el mayor de los problemas y nos obliga a mentirnos a nosotros mismos.
Igual que aceptamos que no nos gusta el pescado, o que nuestro cabello es rizado, hemos de aceptar que somos rencorosos, o vagos, o improductivos, o descarriados...Puede que no queramos ir a la guerra y nos quedemos cantando "Acuarius" mientras fumamos hierva, puede que seamos rencorosos, ¿y que?, dentro de nuestro territorio privado y siempre mientras no hagamos daño a nadie, es donde podemos ser como somos, nuestra tendencia sexual, nuestra tendencia laboral, nuestra tendencia social, nuestras flores y nuestras ruinas deben ser verdaderas y aceptadas...
Aunque tampoco confundamos aceptarnos con adorarnos. Tampoco podemos pensar " yo soy así y el mundo que se aguante ", desgraciadamente y mientras sigamos viviendo en manada tenemos que respetar ciertas normas, pero en esas normas no debe estar querer ser lo que no somos para que los demás sean más felices. No. La verdad abre muchas puertas, nadie rechaza la sinceridad de corazón, pero la nuestra es la base del resto de nuestro castillo de sólida honestidad. La cuestión es que mientras que nosotros no conozcamos nuestra verdad no podemos ser sinceros con nadie aunque creamos que lo estamos siendo, puesto que le estaremos hablando de algo que desconocemos, y la única manera de conocer nuestra verdad es dejando a un lado todos nuestros miedos.
Los miedos a la exclusión, a no cumplir las normas y que nos riñan, son los que te confunden, te hacen crear una verdad desfigurada, una mentira travestida que te aconseja mal....El miedo es el peor enemigo del soldado, del artista y del caminante, el miedo consigue que te maten, y solo hay una forma de combatir el miedo...que por bonita casualidad y cómo dato curioso es con la verdad.
Con esa verdad que tanto cuesta, que se nos atasca en las venas y se esconde cuando estamos frente al espejo, tras la prisa diaria y la monotonía. Esa verdad que a veces hiere con tan solo existir, la verdad que a mi me hace libre hasta donde llegan mis campos sin miedo, la verdad que cuentan que nos hará libre a todos...si es que alguna vez existió, si queda algo todavía en esta existencia en lo que podamos creer, algo que sea verdad...
Hay muchos tipos de mentiras en el mundo, pero para mi entender la más penosa de corazón es la mentira que nos hacemos a nosotros mismos. Cuando negamos lo que somos y cómo somos, ante el mundo y sobre todo ante nosotros mismos. Por el qué dirán, porque sabemos que la verdad no la acepta nadie. Cuando hacemos lo que otros quieren y compramos "lo falso" pagando con nuestro silencio, una parte de nosotros se va ensuciando de un mal sabor para siempre.
Otros nos engañan, nosotros nos mentimos. Mentimos cuando no reconocemos nuestra verdad, pero también cuando callamos ante la verdad de otros. Parece que la verdad tiene una gran importancia pero la verdad es que todos mienten.
Yo quiero ser libre, he abierto las puertas de mi alma a una nueva sensación, la sinceridad. Es tan fácil como decir lo que sientes, no lo que piensas. Tan tonto como expresarnos, de forma asertiva, empática, simpática o cómo mejor podamos, pero expresar lo que pasa por nuestra alma. Nadie va a adivinar porqué le hemos contestado mal, nadie sabe por ejemplo, que en nuestros planes está resolver un problema grave que nos angustia, nadie sabe nada, pero nuestro cuerpo, nuestra voz expresa discordia, y nuestra discordia creará discordia en los demás, y al final una situación común sin maldad se convierte en un problema, por no haber expresado nuestros sentimientos, o puede que por miedo a hacer ver que tenemos sentimientos.
A veces por mucho que expliquemos el entendedor no llega a entender, pero si hablamos con el corazón, cualquier persona con un poquito de corazón nos entenderá...
Aunque la sinceridad más absoluta y leal la debemos tener con nosotros mismos.Preguntarnos
¿qué es lo que deseamos de verdad?, ¿qué nos hace feliz?, y aunque sea la estupidez más grande del mundo, aceptarlo, y si es la cosa más horrible del mundo aceptarlo también. Gestionar después ese deseo es un trabajo secundario, pero aceptar nuestra propia condición es el primer paso para sentirse persona en esta sociedad tan inteligente y capacitada, donde cualquier cosa nos supone el mayor de los problemas y nos obliga a mentirnos a nosotros mismos.
Igual que aceptamos que no nos gusta el pescado, o que nuestro cabello es rizado, hemos de aceptar que somos rencorosos, o vagos, o improductivos, o descarriados...Puede que no queramos ir a la guerra y nos quedemos cantando "Acuarius" mientras fumamos hierva, puede que seamos rencorosos, ¿y que?, dentro de nuestro territorio privado y siempre mientras no hagamos daño a nadie, es donde podemos ser como somos, nuestra tendencia sexual, nuestra tendencia laboral, nuestra tendencia social, nuestras flores y nuestras ruinas deben ser verdaderas y aceptadas...
Aunque tampoco confundamos aceptarnos con adorarnos. Tampoco podemos pensar " yo soy así y el mundo que se aguante ", desgraciadamente y mientras sigamos viviendo en manada tenemos que respetar ciertas normas, pero en esas normas no debe estar querer ser lo que no somos para que los demás sean más felices. No. La verdad abre muchas puertas, nadie rechaza la sinceridad de corazón, pero la nuestra es la base del resto de nuestro castillo de sólida honestidad. La cuestión es que mientras que nosotros no conozcamos nuestra verdad no podemos ser sinceros con nadie aunque creamos que lo estamos siendo, puesto que le estaremos hablando de algo que desconocemos, y la única manera de conocer nuestra verdad es dejando a un lado todos nuestros miedos.
Los miedos a la exclusión, a no cumplir las normas y que nos riñan, son los que te confunden, te hacen crear una verdad desfigurada, una mentira travestida que te aconseja mal....El miedo es el peor enemigo del soldado, del artista y del caminante, el miedo consigue que te maten, y solo hay una forma de combatir el miedo...que por bonita casualidad y cómo dato curioso es con la verdad.
Con esa verdad que tanto cuesta, que se nos atasca en las venas y se esconde cuando estamos frente al espejo, tras la prisa diaria y la monotonía. Esa verdad que a veces hiere con tan solo existir, la verdad que a mi me hace libre hasta donde llegan mis campos sin miedo, la verdad que cuentan que nos hará libre a todos...si es que alguna vez existió, si queda algo todavía en esta existencia en lo que podamos creer, algo que sea verdad...
Etiquetas:
falsedad,
la sociedad nos hace mentir,
la verdad os hará libres,
la verdad y la mentira,
mentir para sobrevivir,
mentirosos,
mentirse a uno mismo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)