Despacio. Tan despacio que parece que todo se ha detenido. De repente parece que no hay nada que hacer ni que decidir, cómo decía una amiga, creo que sé demasiado. La ignorancia es felicidad, o al menos es mucho más fácil pasar los días unos detrás de los otros, sin llegar a plantear la relatividad de tu existencia.
Todo pasa lejos de nosotros y apenas podemos ver la majestuosidad de las vidas ajenas. Vidas en las que queremos reflejarnos, encontrando siempre dolorosas diferencias.
¿Se le ha olvidado al universo que estoy aquí?, me aburro, me pierdo en estos pasadizos eternos de la miseria humana, porque saber lo que sé no me hace más fuerte, ni siquiera me da la virtud de poder escoger. Solo puedo mirar a mi alrededor y dejar que pase lo que sé que va a pasar.
Otra vez los mismos problemas de siempre, otra vez las mismas historias, como si por más que quisiera mi vida fuese a ser la misma día tras día.
Hay muchos doctores que dirían que tengo depresión o al menos distimia, pero yo creo que lo único que me pasa es que este producto llamado VIDA, que me habían vendido con una publicidad tan maravillosa, jurando que la felicidad existe en nuestro interior y que siempre hay que tener esperanza, y que la vida hay que defenderla ,y que hay que dar gracias...ese producto es un engaño y sí, yo soy la primera que alabo cada amanecer y me lo repito cada día , es mi filosofía de vida, pero porque me lo tengo que creer, es lo único que podemos hacer, repetirnos una y otra vez que todo ésto merece la pena, intentar creerlo. Al fin y al cabo no queda otra, te ha tocado y si te toca una buena vida pues disfrútala, y si tu vida es una mierda pues mala suerte, o puede que el cielo y el infierno esté entre nosotros, quizás estamos pagando alguna deuda, o tenemos algo que aprender, o simplemente es que la vida y la justicia nunca se miraron a los ojos.
Que por cierto, sí existen buenas vidas, hay una creencia de que todas las personas tienen sus sufrimientos y que el que tiene dinero no tiene salud y bla bla bla, mentira, hay vidas maravillosas, en las que han conocido el dolor, pero el dolor de lejos y dentro de la unión y el amor, personas a las que las circunstancias le han ayudado, y por otro lado hay vidas que de justicia parecen haber venido solo a sufrir, más de lo que cualquier ser vivo pueda resistir el sufrimiento, y parece ese su castigo por algo muy horrible que pareciera que han hecho al universo.
Creemos que tenemos cosas. Amigos, familia, amor, salud, casa, y el hecho de no tener alguna de ellas ya nos supone un enorme desasosiego y frustración, pero en verdad no tenemos nada. Son realidades que solo existen en una imagen creada por nuestra consciencia, si de repente nos dicen que tenemos un hermano secreto en Londres...empezaremos a contar en nuestras emociones y sentimientos con él como si de verdad lo tuviéramos, para lo bueno o lo malo, aunque sea totalmente falso, tenemos lo que creemos que tenemos, pero si miramos bien, si nos fijamos en los detalles, la cuerda que te une con todas esas cosas eres tu mismo, tu mantienes todo eso a base de aceptar la mentira, osea olvidar la posibilidad de que tus amigos te olvidarán en cuanto dejes de llamar, la familia termine convirtiéndose en un campo de batallas, creyendo en el amor que es efímero y débil, o insensible y cansino, como un sueño raro o como un eterno cayo, la valorada salud que tanto nos asusta y que es lo que menos nos pertenece, y para colmo necesitamos una "casa u hogar" y no queremos ver que hoy día donde vivimos no tiene nada de hogar, si no más bien de celda a la que volvemos a descansar antes de salir otra vez ahí afuera, y tienes que salir ahí afuera para poder tener ese zulo de hogar.
Y entonces ¿que nos queda?, ¿hay alguna certeza a la que poder agarrarnos?, las certezas solo existen mientras existe el momento en el que estamos vivos y conscientes, lo que ya ha pasado, ya no es, y lo que puede que pase, aun no ha sido, pero la mayoría del tiempo lo que está pasando es un espacio vacío que llenamos con aquello que nos hace sentir más seguros.Necesitamos sentir el suelo bajo nuestros pies y nos inventamos un suelo que construimos con lo que buenamente podemos. Ponemos el pasado, con sus cosas buenas y sus cosas malas según nos convenga, y encima una buena capa del deseo y esperanza de un futuro, removido bien con los problemas de la vida cotidiana que no tienen mucha importancia, pero que nos hacen sentir que estamos haciendo algo con nuestras vidas: trabajar, salir, socializar, amar, discutir...solo por darle un sentido a todo esto. Pero la verdad, ¿es que tiene que tener sentido?, ¿es que existe el arriba y el abajo?, ¿lo bueno y lo malo?, ¿según quien y para quien?, no me creo nada de todo este montaje publicitario, porque para mi que aquí se venden dos tipos de tarifas, las normales y las VIP y a mi no me imponen más normas, salvo que tenga multa, quiero decir que no voy a babear tras la felicidad, ni buscando la estabilidad, ni emocional ni económica, voy a vivir en calma, recapacitando cada pensamiento y cada emoción pero voy a vivir cada momento, de una vez.
No importa que no tenga sentido, tiene el sentido que tu quieras imaginar..Y No tiene explicación, pero si te sientes mejor búscale la explicación que quieras, permítete decidir si quieres ver el vacío bajo tus pies o no, pero piénsalo bien porque a veces ese falso y endeble piso se viene abajo de verdad y entonces te preguntarás si no era mejor vivir sabiendo que es mejor no saber como yo, demasiado....
Mostrando entradas con la etiqueta enseñanzas budistas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta enseñanzas budistas. Mostrar todas las entradas
jueves, 30 de julio de 2015
jueves, 16 de julio de 2015
¿Y AHORA QUE?
Esperaba una tormenta y me preparé como si fuera mi último día, aun así lo que vino fue un tsunami que me cogió muy distraída. Todo fue arrasado en mí, y donde antes había amor y risas ahora ya no queda nada. La vida lo ha arrasado todo, pocas veces me he sentido tan vacía y sola como ahora. Siento que no podré volver a levantar un mundo sobre este charco de tristeza, y como la desesperación se ha apoderado de mí, me he impuesto solo una obligación, esperar.
Soy muy torpe así que tengo que repetírmelo constantemente, es más, tengo que escribirlo que es la manera en la que trabajo con mis emociones en mi alma, pero una vez asimilado, pienso obligar a cada una de mis lágrimas a que nazcan por un solo motivo, saber que estoy esperando, que estoy haciendo lo que más odio para conseguir que no pase lo que más deseo, esperar la vida.
Las cosas pasan y vienen a nosotros como las olas, y ahora que las aguas quedaron mansas y sin vida, me quedo mirando al horizonte y pensando si seré capaz de estar en ese vacío el tiempo que haya de estar. Estoy leyendo un libro sobre filosofía budista, y según éste, sentir ansiedad por esta situación y pelear contra este sentimiento es justo lo que no se debe hacer, ¿ para ser feliz? no, más bien para no ser desgraciado, pero lo que no aclara el libro es como conseguirlo, bueno, quizás lo esplique pero yo no lo entiendo. Sé que todo se basa en la expectativa, en el deseo, incluso la necesidad, y que lo que hemos de hacer es anular esa emoción en nuestro interior, tiene mucho sentido pero esa preciosa teoría a mí me parece imposible de llevarla a la practica, en este mundo, en esta sociedad que te recuerda constantemente que si no tienes "tal coche", o haces "no se qué viaje" eres menos humano y estas menos vivo que los demás, ya es horrible haber crecido en ese sentimiento de deuda constante, pero ya es crear una expectativa creer que podré deshacerme de esta filosofía occidental y envenenada, leyendo un libro aunque lo diga una persona tan sabia, escritora de éxito, monje y budista, porque los consejos son como los zapatos, a veces no te sirven tal cual te son dados y has de adaptarlos a tu pie.
Así que me sirve mucho todo este tipo de enfoques de la vida y agradezco que este libro haya caído en mis manos, pero sigo viendo mi isla devastada, y mis fuerzas mermadas. Sigo pensando en lo que vendrá, y si vendrá y me doy cuenta de que mi miedo es pensar que no vendrá nada, cuando es ley que hasta el último día de nuestra vida esa marea no deja de enviarnos cosas, esto es solo un parón, una espera algo más larga, un espacio de decisión suspendida en la existencia...y aquí estoy mirando a mi mayor miedo a la cara, no soy valiente, no soy fuerte, y solo espero que no pase por ésto como si un caballo me arrastrara, si no que sea capaz de guardar un mínimo de dignidad y aprender una lección más, como dice el libro "solo en la medida en que somos aniquilados una y otra vez, podemos hallar en nosotros aquello que es indestructible".
Hoy necesitaba escribir ésto. Hoy no tengo solución, ésto es lo que hay, o más bien no hay, me quedo en este espacio de vida en el que lo que ocurre es que no ocurre nada, nadie me espera, nadie me piensa, no puedo hacer nada, y nada he de hacer, y así me siento en mi orilla devastada a esperar...mientras pienso ¿Y ahora que?.
Soy muy torpe así que tengo que repetírmelo constantemente, es más, tengo que escribirlo que es la manera en la que trabajo con mis emociones en mi alma, pero una vez asimilado, pienso obligar a cada una de mis lágrimas a que nazcan por un solo motivo, saber que estoy esperando, que estoy haciendo lo que más odio para conseguir que no pase lo que más deseo, esperar la vida.
Las cosas pasan y vienen a nosotros como las olas, y ahora que las aguas quedaron mansas y sin vida, me quedo mirando al horizonte y pensando si seré capaz de estar en ese vacío el tiempo que haya de estar. Estoy leyendo un libro sobre filosofía budista, y según éste, sentir ansiedad por esta situación y pelear contra este sentimiento es justo lo que no se debe hacer, ¿ para ser feliz? no, más bien para no ser desgraciado, pero lo que no aclara el libro es como conseguirlo, bueno, quizás lo esplique pero yo no lo entiendo. Sé que todo se basa en la expectativa, en el deseo, incluso la necesidad, y que lo que hemos de hacer es anular esa emoción en nuestro interior, tiene mucho sentido pero esa preciosa teoría a mí me parece imposible de llevarla a la practica, en este mundo, en esta sociedad que te recuerda constantemente que si no tienes "tal coche", o haces "no se qué viaje" eres menos humano y estas menos vivo que los demás, ya es horrible haber crecido en ese sentimiento de deuda constante, pero ya es crear una expectativa creer que podré deshacerme de esta filosofía occidental y envenenada, leyendo un libro aunque lo diga una persona tan sabia, escritora de éxito, monje y budista, porque los consejos son como los zapatos, a veces no te sirven tal cual te son dados y has de adaptarlos a tu pie.
Así que me sirve mucho todo este tipo de enfoques de la vida y agradezco que este libro haya caído en mis manos, pero sigo viendo mi isla devastada, y mis fuerzas mermadas. Sigo pensando en lo que vendrá, y si vendrá y me doy cuenta de que mi miedo es pensar que no vendrá nada, cuando es ley que hasta el último día de nuestra vida esa marea no deja de enviarnos cosas, esto es solo un parón, una espera algo más larga, un espacio de decisión suspendida en la existencia...y aquí estoy mirando a mi mayor miedo a la cara, no soy valiente, no soy fuerte, y solo espero que no pase por ésto como si un caballo me arrastrara, si no que sea capaz de guardar un mínimo de dignidad y aprender una lección más, como dice el libro "solo en la medida en que somos aniquilados una y otra vez, podemos hallar en nosotros aquello que es indestructible".
Hoy necesitaba escribir ésto. Hoy no tengo solución, ésto es lo que hay, o más bien no hay, me quedo en este espacio de vida en el que lo que ocurre es que no ocurre nada, nadie me espera, nadie me piensa, no puedo hacer nada, y nada he de hacer, y así me siento en mi orilla devastada a esperar...mientras pienso ¿Y ahora que?.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)