sábado, 21 de noviembre de 2015

Unas Cuantas Razones para DEJAR DE FUMAR.




Hoy estuve tomando algo con una amiga. A la hora de pagar mi amiga me invitó gentilmente y pidió el cambio para la máquina de tabaco. -"¡Dale al Play!" le decía mi amiga al camarero para poder sacar su felicidad a cambio de la friolera de casi cinco euros. Aquel gesto me recordó viejos tiempos en los que yo fumaba, había olvidado totalmente ese tipo de gestos que acompañan al fumador y que con suerte algunos perdemos cuando conseguimos dejar de fumar.

Hace dos años que no fumo y siempre digo que yo no tengo ningún mérito en haber dejado el tabaco y aunque al principio a todos les extraña el comentario, lo entienden en cuanto les cuento la historia de "cómo deje de fumar":

Yo fumaba como el que más, y reservaba el último euro para tabaco antes que para pan, como la mayoría de los fumadores, ya que es más llevadera al hambre que el síndrome de abstinencia, y el cerebro se rinde ante las adicciones.

Adoraba fumar, hasta que un día tuve una grave reacción adversa por un medicamento que casi me cuesta la vida. Gracias al cielo mi salud recobró su vitalidad y todo quedó en un susto pero apenas había pasado una semana me sorprendí a mi misma sintiendo un asco atroz al encender un cigarro que apagué y guarde al revés en mi paquete. A cada cigarro que me apetecía encender volvía a ocurrir lo mismo, hasta que la mayoría del paquete estaba del revés y encendido ya. Entonces empecé a pensar dos veces antes de volver a intentarlo porque el precio del tabaco ya entonces estaba para gritar de pánico, así estuve durante algunos días en los que mi único propósito era fumar...por más arcadas que me diera aquella asquerosidad, yo seguía intentándolo una y otra vez.

 En mi cerebro la adicción me estaba obligando a hacer algo que me producía un daño y un malestar terribles, como si mi cerebro me pidiera cortarme con una cuchilla la piel o arrancarme el pelo...era tan absurdo que terminé por escuchar a mi cuerpo no a mi mente, y mi cuerpo me estaba pidiendo claramente que me alejara de toda aquella basura, con lo que en cuestión de un mes me sentía como si no hubiera fumado nunca, y así hasta el día de hoy, incluso el olor en la ropa me produce tal asco que me siento incapaz de besar a una persona que fume.

Es una historia increíble que ningún médico me ha sabido explicar pero que acepto sin preguntas como una de las suertes más grandes que se pueden tener en esta vida, pues creo haberme desecho de una de las lacras más asquerosas que tenemos entre nuestras costumbres los humanos. Pero no se equivoquen, a mi entender el tabaco no es malo porque mate, cada uno es libre de escoger su muerte, todos tenemos que morir, quitarte de un placer en la vida no te va a dar la inmortalidad, y para mi entender: fumar, correr con el coche, y ser un fanático del paracaidismo son formas similares de poner nuestra vida en peligro intencionadamente, junto con despertarnos cada mañana que suele ser la causa de muerte más común en esta vida, porque para morirse sólo hay que estar vivo.

Lo que me lleva a detestar el tabaco es toda esa maldad subterránea que hay entre:

Gobiernos
Sanidad.
Impuestos.
Industrias Tabacaleras
Laboratorios.
Legalidad de la droga.
Sustancias altamente Adictivas y venenosas no registradas.
Falta de información real.

Podría estar horas explicando la sucia red de trapicheos que existen en el mundo del tabaco con el único propósito de lucrarse, desde los gobiernos, pasando por el ministerio de sanidad,  hasta los pobres  tenderos que lo venden de ilegal para tener para comer, cada uno tiene su razón y su porqué para comerciar con esta basura que ensucia antes nuestra dignidad que nuestros pulmones,  y lo peor es que los que más se benefician con la muerte de millones de personas en todo el mundo cada día por esta asquerosa costumbre son los mismos que proclaman leyes en contra, y ponen carteles por todos lados advirtiéndonos de lo malo que es.

 Es curioso que habiendo descendido la cifra de fumadores diarios a un 23% desde un 26% en el año 2009; cosa que me hace muy feliz; el porcentaje de su impuesto ha subido desmesuradamente. Osea que a menos demanda, precio e impuestos suben. Aquí hay algo que no me cuadra, y lo que más rabia me da es que los fumadores siguen sin tener una verdadera ayuda para abandonar ese agujero negro de insalubridad, manipulación y extorsión que sufren por falta de educación y conscienciación social REAL.

 No pongas en un paquete de tabaco una foto de una radiografía  inentendible, pon mejor la foto del dueño de la tabacalera en su yate riéndose de ti en tu cara, mientras tu estás en tu zulo lleno de humo dándole tu dinero...eso sí que dolería, o un documento que explicara cómo calcula un gobierno cuando tiene que bajar la cantidad de fumadores de diario porque le han advertido de Sanidad que los gastos por muertes y enfermedades  por tabaquismo están costando más de lo recaudado en su impuesto, y no les compensa.

Ésto es cierto señor@s, juegan con las vidas humanas como si fueran monedas al cambio, vamos, que nos permiten fumar mientras ellos no pierdan dinero. ¿Qué crees que pagas cuando compras un paquete de tabaco? pues lo que va a costar tu enfermedad al estado. No les importa tu salud si no tu dinero.

Los que firman alegremente para que se pueda comerciar con tabaco deberían vivir en sus carnes la enfermedad y las muertes que provocan, y cada familia sin dinero que emplea lo que tiene en un vicio tolerado socialmente por conveniencia económica de los gobiernos.Estoy segura que se tomarían la legalidad de esa droga más en serio, ¿las cosas son "legales o no legales" con qué criterio?...o se legaliza el uso de sustancias dañinas y potencialmente mortales o no. ¿Libertad o confianza?, ¿benevolencia o manipulación?, ¿lo legal es realmente lo moral?.

No estoy  en contra del tabaco ni a favor. Estoy en contra de que nos dejemos manipular, estoy en contra de que siempre se aprovechen los mismos y al final paguen los pobres. Estoy a favor de la libertad de cada uno de estropear su cuerpo y su existencia como quiera mientras no moleste. Pero sobre todo estoy a favor de animar a los fumadores a que demuestren que son más que un rebaño de ovejas que pastan donde les llevan, y que a veces la fuerza que necesitamos no sale cuando queremos mejorar nuestra vida, pero sí cuando las vidas que queremos salvaguardar son las de nuestros hijos, y los que sigan a nuestros hijos.

Sería una bonita manera de arruinar los planes de los malvados traficantes de vidas que cuando alguien vuelva a encender un cigarro, se acuerde de cómo es utilizado, controlado, ninguneado, robado, enfermado, enjuiciado,vetado y asesinado...y todo eso le produzca tal  asco que no pueda volver a fumar nunca...

CADA CIGARRO QUE NO FUMAS ERES UN POCO MÁS LIBRE






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