Mostrando entradas con la etiqueta la muerte. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta la muerte. Mostrar todas las entradas

sábado, 15 de octubre de 2016

Un Bonito Cuento y algo más...


Andrés había ido al médico para recoger una importante análitica. Venía meditando profundamente ante los terribles resultados.

-Andrés...-Le dijo su médico- Tiene seis meses para vivir, no más.

No podía creerlo. Todo iba a terminar, no había solución, como una pena de muerte ajusticiado por la vida sin ser culpable de nada...ahora que aun estaba en la flor de la vida...¿Vida?...¿Qué vida?. Andrés estaba divorciado y no tenía trabajo, sus hijos ya adolescentes no le tenían ningún respeto, ni querían hacer nada con él. Las mujeres le chuleaban porque era un don nadie y tenía deudas de todos los colores...<vaya...> pensó Andrés por un momento...-pero si encima los seis meses que me quedan van a ser seis meses de mierda, ¿cómo voy a hacer?...mejor podría morirme ahora, ¿y que hago yo ahora?...pensando pensando llegó a una plaza. Se sentó en un banco, de repente todo le daba igual, no había nada que pudiera hacer para cambiar su triste historia.

En eso pasó por allí un viejito y le miró a los ojos llorosos de Andrés.

-¿Que le pasa hombre?...parece usted un cadáver..
- Eso soy abuelo...

Entonces Andrés le contó su terrible noticia al anciano que inexplicablemente le dió la mano y la enhorabuena.

-¿Cómo que me da la enhorabuena?, ¿Está de broma? ¿le alegra mi muerte? ¿acaso usted se quiere morir?
-No hijo...No...pero es que ahora que tu sabes tu tiempo y no tienes nada que perder, valorarás tanto cada uno de tus segundos que podrás llenarlos como a ti te plazca.

Aquel anciano tenía razón, ya no importaba nada...nada...Andrés se levantó del banco y se fué directamente a casa de su padre, al que no hablaba hacía años por temas de orgullos y reproches, le contó todo y le pidió perdón por el daño que pudiera haberle hecho, también le pidió su parte de la herencia, que su padre le entregó con sumo cariño y un abrazo.

Con ella Andrés se compró una rulot. Luego fue a buscar a sus hijos, les contó todo y les dijo que el tiempo que le quedaba lo pasarían juntos, aunque no tuviera mucho dinero era suficiente para seis meses, y juntos se fueron a viajar por todo el país en la rulot, salieron más allá de las fronteras y visitaron ciudades maravillosas.

De tanto tiempo juntos en el viaje Andrés empezó a hablar más con sus hijos que al saber de la noticia se empezaron a portar con más respeto por su padre, con lo que Andrés pudo averiguar que sus hijos se sentían angustiados. Su mamá trabajaba de sirvienta, Andrés no le proporcionaba nunca dinero, era por ello que estaban tan enfadados siempre con él, y ellos en verdad lo que querían era estudiar en la universidad pero con lo que tenían de ingresos, no había manera posible.

Todo aquello hizo pensar mucho a Andrés y sentirse muy desgraciado e impotente. Si hubiera encontrado trabajo....pero lo intentó, muchas veces y en ningún sitio le querían, siempre había gente más preparada y más joven... no sabía donde buscar trabajo ya...la cosa estaba muy mal, aunque claro, ahora que sólo le quedaban unos meses...podría hacer algo...seguro que no podría pagar toda sus carreras pero al menos les ayudaría a matricularse.

Así que Andrés puso rumbo a su casa, aparcó la rulot e ideó un plan. Fué a la fundación contra el Cáncer, se lo contó todo a todos y les pidió que le ayudaran a promocionar unas camisetas que él había diseñado donde se leía el eslogan: SI AUN ESTAS VIVO...VIVE.

Las camisetas empezaron a venderse como churros, cuando se dió cuenta Andrés había tenido que formar una pequeña empresa para poder seguir haciendo camisetas con nuevos slogans y dibujos en los que trabajaban sus propios hijos.

Con todo aquello conoció a buenas personas en la asociación e hizo buenos amigos, todos sabían su historia y le apoyaban.

Conoció a una chica muy linda y nada superficial que olvidando su muerte inminente le hizo sentir un amor sincero por él y sin miedo ya la convirtió en  su amiga, amor y compañera para siempre, hasta el final...

Todo había cambiado, y esperaba que pronto llegara el día, los seis meses...y llegó pero nada le pasó a Andrés, había estado tan ocupado haciendo tantas cosas para sentirse bien que no se dió cuenta que la muerte no venía, los días seguían pasando con una aparente buena salud inesperada, así que un día Andrés volvió al médico.

-¿Que me pasa doctor?, no me muero pasan los días pero la muerte no me viene y yo me siento desconcertado...a todos les conté y ahora me creen un farsante que se aprovechó de ellos para hacer lo que yo quisiera...

Entonces el médico se retiró de la silla y se recostó mirando fijamente a Andrés...

- Sr. Andrés...Tengo tres noticias que darle..

1. En verdad usted sí se va a morir...pero no ahora.

2. Usted no se aprovechó ni defraudó a nadie. Al contrario...demostró que sabe perdonar, que es un buen hijo, que es un gran padre, una persona emprendedora, con talento, con recursos y que sabe quien de verdad merece su amor...y que valora su vida y la agradece ayudando a los demás...

Y 3...Lo reconozco Andrés...yo le mentí pero no como usted cree...yo le dije que le quedaban seis meses de vida ...cuando en verdad usted ...hacía mucho que ya estaba muerto.


"Nuestra vida es el resultado de la percepción de nuestros actos".........(Sonia Silva).




miércoles, 6 de enero de 2016

EL GRAN FINAL

Por favor no tomen en cuenta los sentimientos expresados en este escrito ya que sólo es una forma literaria para expresar el tema del artículo.

A veces no hay ventanas. A veces Dios cierra todas las puertas y no hay ninguna ventana. Sólo puedes quedarte ahí, en ningún sitio, esperando nada. El pánico se apodera de ti y deseas que todo termine, pero el infierno sólo acaba de empezar.

 De repente desapareció todo, bajo mis pies el suelo se derrumbo y estoy cayendo al abismo. Casi no me atrevo a escribir. Ya estuve aquí y me inventé una existencia diferente, pero ahora ya no tengo fuerzas, no lucharé, dejaré que la marea negra me ahogue, dejaré que la traición me atraviese el pecho cuatro veces, me rindo, soy culpable, ¿cual es la condena?, lástima que no sea la pena de muerte.

No voy ni siquiera a contarlo, no importa. No voy a dar una explicación, ni a buscar un razonamiento que me haga sentir mejor. Ésto es lo que hay. No soy una persona querida, no soy buena, me lo habéis dicho durante mucho tiempo pero por lo visto yo no estaba escuchando, ahora sí os he oído. Me encantaría decir que puedo cambiar, y ser de otra manera, me encantaría, pero no puedo, quisiera también que mis ojos fueran azules, y mi cara más agradecida, pero no lo son. Siento mucho defraudar a tantas personas. Siento hacer tanto daño tantas veces, lo siento.

No sé qué viene a hacer cada persona al mundo, no se ni siquiera si hay un motivo de ser o es el caos el que reina nuestra existencia, pero yo me quedo con el peor de los casos, sea cual sea. Prefiero ver el vaso vacío del todo, soy un albino entre gitanos, un zombi entre vivos, o un vivo entre zombis, un asesino a sueldo que no consigue matar, un cura que no consigue perdonar. Estoy cayendo por mi abismo hasta el fondo, y no sé que será de mí, esta vez no hay donde agarrarse, no hay cuerdas inventadas, ni manos oportunas, allá voy y aunque parezca mentira, voy sin miedo, ojalá fuera el final, pero la vida no es tan benevolente, en alguna roca me quedaré enganchada, y arañaré con las uñas queriendo descansar de tanto dolor, de sentir tanto frío y tanto vacío en el alma, hasta que las fuerzas vuelvan a fallarme y continúe cayendo.

Gracias a Dios no será eternamente, gracias a Dios existe el gran final, aunque llegar hasta él sea el infierno que me he ganado, pero llegará, puede que ésa sea la rendija por la que "éste Dios" nos deja entrar el aire suficiente para que sigamos sufriendo, aunque nunca nos engañó pues bien nos dijo que éste era un valle de lágrimas. Nosotros somos los que queremos vivir en aquel paraíso de nuestros primeros años,  un día nos empeñamos en querer ser felices, en revelarnos ante el dolor. Buda habla de la no esperanza, dice que no temas al dolor, que lo dejes y lo observes, y los aceptes, y el dolor irá desapareciendo, que en vez de asustarnos por los rayos, los escuchemos, los entendamos y llegará un momento que será sólo un ruido...Jesús también dice algo parecido, aunque con otras palabras, ya que da por explicación que el dolor es parte obligatoria de nuestro camino hacia el crecimiento, y no hemos de huir de él si no aprender de él.

Todas las religiones dirán cosas similares, quizás porque en éstos momentos son en los que uno necesita creer, tener fe. Aceptarlo y dejarte caer aunque no sepas cómo caerás ni donde. Siento lástima por mi, lo reconozco, pero más lástima me dan aquellos que se sienten seguros en su camino firme, que sienten tener fuerza para derribar muros, que ven el vaso lleno y aun así lo desprecian., pues ellos también caerán y desde más alto y cómo todo lo que existe tendrán su gran final. Siento la pena que no sirve de nada sentir, pero segura también estoy de que digo las palabras que no son necesarias decir, nadie me las pidió. Perdón.

Vuelvo a mi zulo, otro día puede os cuente un bonito cuento, hoy no estoy segura ni siquiera de lo que he escrito, ¿verdad? ¿ficción?, ¿psicología barata? ¿una absurda reflexión en mi aburrimiento?, seguramente una meditación vacía que no ayudará a nadie, que leerán unos pocos por curiosidad y que caerá en el saco roto donde cae todo en esta vida, junto conmigo y todo lo que alguna vez creí que importaba.

Todo terminará, útil o no, preciso o innecesario, y son muchos los que lo han olvidado. No cesa el dolor, cerraré mi ordenador y seguiré ansiando la paz. Esa paz que todos los dioses prometen, el día en el que todo habrá sucedido y ya no sucederá nada más, nuestro momento de la verdad, EL GRAN FINAL..

..



Quizás al final Dios sí que abre una pequeña ventana, sólo tenemos que querer mirar...