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jueves, 3 de septiembre de 2015

AMOR

El tesoro más grande que podemos conseguir en la vida es encontrar el amor verdadero y ser correspondido.

Sentir por una persona algo que consiga llenar tu corazón hasta el último rincón, que nada te importe de lo que pasa en el mundo si te pilla de su mano. El amor verdadero no tiene porque encontrarse una sola vez en la vida, lo que sí suele pasar una sola vez en la vida es que ese amor sea correspondido de la misma manera.

Ése amor que yo no quiero reconocer que existe, ése al que le pongo tantos defectos porque no quiso jugar conmigo. Ahora sé que alguna vez me he enamorado sí, menos veces de las que creía,  pero hoy sé reconocer cuando fue amor verdadero. Tuve esa sensación de que haría lo que fuera por esa persona, consciente e inconsciente de que no lo pensaría, un amor de esos que te atrapa, un amor como el de Shakespeare, como el de las películas de amor que también odio, y en alguna ocasión podría haber sido una película preciosa si no fuera porque lo que yo sentí nunca me fue correspondido.

Sé mucho de amor, casi tanto como Arcipreste de Hita, y he escrito mucho sobre él, pero hoy he encontrado la respuesta a una pregunta que nunca me había hecho...Nunca viviré ese amor, nunca seré correspondida por mi amor verdadero.

Como pasa con todo en esta vida hay personas que nacen y mueren y se pierden miles de cosas que no están para ellas, hay quien no vio nunca el mar, no pudo tener hijos, hay quien no sabe lo que es una familia, hay gente que no tiene la suerte de saber para que ha venido al mundo. ¿Porqué habría yo de tener esa suerte?, la suerte de las suertes, el tesoro que más ansía el ser humano, lo que da sentido a muchas vidas...es triste pero he de aceptarlo.

He de aceptarlo y quiero aceptarlo, como dicen las enseñanzas budistas, vivir en la desesperanza, aceptar que yo no soy una elegida para eso, puede que mi suerte esté en otro sitio que aún ando buscando, pero no creo que llegue a sentir esa sensación que sólo puedo imaginar porque yo nunca lo he vivido, ¿que se siente cuando todo ese amor que sientes por alguien está llenando su corazón con la misma intensidad que él llena el tuyo?.

Ahora veo cómo algunas parejitas lo están viviendo, y los miro con otros ojos, con otra alma, ésa que sabe escuchar una Oda y sentir placer aunque no sea el músico que la interpreta, alma que admira la belleza aunque yo carezca de ella, un alma que se ha reconciliado con lo que "nunca ocurrirá".

Quizás debería conformarme con sentir el amor verdadero sin tener que ser correspondida, un amor platónico, guardado en una urna hecha de fantasías para que ninguna realidad rompa mi corazón, por que mejor amar y no ser amada que no sentir nada en tu corazón. Un corazón que no puede amar es un corazón que se va secando como un desierto, y el mío anda ya  devastado,  cualquier migaja de amor que me haga sentirme viva será bienvenida.

Me inventaré historias si hace falta, negaré lo evidente, pero no admito más éste vacío de emociones. Amaré, sin esperanza, solo por el puro placer de amar, no lo buscaré, aparecerá, y será el motivo de que cada día quiera sonreír, aunque el mundo se esté hundiendo, imaginaré que me ha pillado de su mano.

Durante toda mi vida lo desprecié, este amor sin nada a cambio...por no ser correspondida, me enrabietaba y le daba patadas a ese amor que existía dentro de mí y que por orgullo nunca dejé vivir, así a veces mi corazón parecía un cementerio. Pero ahora que sé apreciar cada nuevo motivo que me ayude a seguir adelante, sé que me dejaré enamorar, si es que no me he dejado ya...

Solo Dios sabe que si en mi camino aparece una copa con agua, que pareciera estar puesta para mi, aun estando sedienta, me sentaría a su lado a admirarla y esperar hasta que viniera su dueño, aquél que la puso allí para mi. Pero ésto es de otro cuento que contaré otro día.

A los que tengan el amor verdadero de su mano, les deseo que sepan agradecérselo a la vida, a los que como yo no han sido tocados por la varita mágica de una vida junto a tu otra mitad, les digo que no se sientan desgraciados, los ciegos desarrollan más sus otros sentidos, nosotros no tendremos al amor de nuestra vida, pero seguro que tenemos algo que como pasa con todo en la vida, alguien nunca tendrá...


miércoles, 27 de mayo de 2015

!Cupido¡ ... !Niño Malo¡

Cupido me está tomando el pelo. Al principio creí que yo era muy desgraciada en amores  porque no conocía a nadie especialmente inventado para mí, pero ahora además de no tener esa suerte, tengo que andar rechazando a personas estupendas que no encajan conmigo ni recortándonos de nuevo.

¿Esta situación la viven muchas personas?, a lo mejor es que es normal y yo lo desconocía pero a veces me siento como un asterisco en una fiesta de puntos, no encuentro mi similar, y lo que más me preocupa no es que no se enamoren de mi, eso ya lo tengo asumido, lo que llevo peor es decir a alguien que no siento lo mismo. Creo que es una de las pruebas que he venido a superar en esta vida, porque me puede el sufrimiento ajeno, y podría llegar a casarme por no ver llorar a un hombre, puede que alguna vez incluso lo hiciera, por eso en ésta ocasión creo que me vendría bien algo de ayuda, pero no vale lo de "díselo con delicadeza y desaparece"...lo he probado ya y es persistente. Y tampoco lo de decirle que no hacemos nada juntos porque somos muy distintos...dice que él cambia, parece que cuanto más dices tu que no, más insistentes se vuelven. Y lo peor es que ésos son los más peligrosos, porque esperan agazapados, van llegando a tu epicentro cautelosamente, sin que te des cuenta, te ofrecen su hombro para llorar, su tiempo, su atención, y a veces cuando miras desde lejos ya te han metido en el corral, y  un día te ves preguntándote a ti misma como llegaste a esa situación, si a ti ni te gustaba.

Bueno ciertamente creo que ésto no es algo que le pase a mucha gente, pero sí que alguien puede sentirse identificado con esas situaciones en las que un momento violento nos bloquea, nos cogen bajas de defensas y terminas inesperadamente comprometida de alguna manera con alguien. Yo admiro a esas personas que no vuelven ni a contestarte un mensaje, se sacuden el polvo y siguen como si nada. No es que sean crueles, simplemente son como la propia naturaleza, sobreviven, se defienden, evaden las circunstancias y relaciones que no les convencen, y saben escoger. Pero yo me dejo llevar por la pena, y tengo que aprender a que prevalezca mi bienestar al de los demás, porque esos inocentes admiradores utilizan el chantaje emocional y las armas bacteriológicas de la manipulación aunque sea inconscientemente, y yo que voy como los burros y no veo nada, termino cayendo como una tonta en las mismas redes de siempre, por la misma debilidad de siempre, pero al menos ya estoy decidida a cambiar ese molesto defecto.

Hoy no me siento capaz de sacar ninguna buena conclusión o consejo para la sinrazón de los amores, no se que hacer ante este problema de empatía agudizada, que llevado a todos los ámbitos de mi vida, se me ha convertido en una discreta malformación emocional, que por ahora solo sé reconocer, por lo que aun no lo puedo controlar muy bien.

Como ya expliqué alguna vez, la sensación  es muy similar a cuando siento que  voy a volver a caer con la misma piedra, que se empecina en aparecer una y otra vez en mi camino, como si orbitara alrededor de mi vida y una vez más no tengo herramientas suficientes para  cambiar mi actitud. 

Ya he aprendido a no llorar cuando no sea correspondida en el amor, ahora tengo que aprender a no llorar por no poder corresponder yo. Éste niño travieso de pelo ensortijado y mollas ridículas, me tiene bastante cansada ya, tanto le he malcriado, que en ésta ocasión he decidido dejarle con su pataleta y mirar para otro lado. Porque estar jugando al amor tanto tiempo aburre, y llega un tiempo de esperar, de parar, de no amar, de dejar pasar trenes que sabemos a donde van, y de conocer las mieles de la soledad, donde se encuentran más cosas buenas de las que parece.

Tiempos de soledad necesaria, tiempos de percepción del entorno, tiempo de decisiones, sobre todo decisiones de mejora. Caer nuevamente en errores pasados es un atraso. Así que voy a planteármelo en serio, voy a coger fuerzas y si alguien pretende mi amor, le daré la mano y las gracias, y le cederé el paso para que continué su camino. 

Y solo el día que ese alguien no continúe su camino y decida esperar  a mi lado, empezaré a pensar que Cupido encontró alguien especial para mi.