viernes, 1 de mayo de 2015
PROBLEMA: Un tren sale de Madrid...
A veces no entiendo como no nos da un cortocircuito en el cerebro, con tanta ralladura, con tanto engendrar como resolver, y en estas ocasiones si somos más o menos valientes tenemos que enfrentarnos con nosotros mismos y tragar un mal sabor más de la vida, con la poquita de azúcar que puedas recabar de tu espíritu..
En esos momentos de desasosiego, estamos solos, ciertamente siempre estamos solos, pero cuando el camino se oscurece y tambaleamos nuestros pasos, necesitamos una mano, una luz, una guía....pero esa mano no estará cuando nos enfrentemos a nuestros miedos, cuando la resolución de un problema te suponga otro mayor, cuando tienes que rebuscar en tu interior respuestas y preguntas, sobre ese asunto que te deja bloqueado y sin fuerzas.
En este caso yo no tengo ninguna técnica para menguar el malestar, agradecería de verdad una opinión que pudiera ayudarme, porque este tipo de situaciones son las que producen ulceras y contracturas como poco, y no soy muy fan de los médicos la verdad. Así que me gustaría encontrar las herramientas para poder enfrentarme a esta resolución de problemas sin resolver, que consiguen que me sienta como si mi yo se hubiera escondido acobardado.
Mucho hablar y a la hora de la verdad soy más humana que nadie, y esa idea es lo único que me consuela, este sentimiento es uno de los sentimientos más humanos que tenemos, aunque sea doloroso y asfixiante, pero los animales no buscan la perfección en su entorno, lo que la naturaleza busca es más bien el equilibrio, sin embargo nosotros nos hemos acostumbrado a correr, correr, más deprisa aún, más cosas ponemos por medio para nuestro propósito, más trastos rompemos, más cosas queremos tener bajo control, cuando sabido es que no tenemos el control de nada, y esos problemas nos caen como lozas, son el recordatorio de nuestra limitación.
Y aunque no tengo una barita mágica para arreglarlo, sí tengo un pensamiento que me alivia la espera, y es la confianza, la confianza en mi misma, pero sobre todo la confianza en las personas a las que quiero, y que sé que desde la lejanía de sus vidas llenas también de problemas, te hacen señas que te indican la salida de ese laberinto de ideas torcidas. Agradezco por ello a todas esas personas que cada día se preocupan de mi, me demuestran su amor, su lealtad, y si algo temo en mi vida es alejarme de cualquiera de ellas. Y lo temo porque el miedo nace del amor, lo que amamos nos produce miedo, miedo a no tenerlo, miedo a no ser correspondidos, miedo a equivocarnos. Quien no tiene nada, no tiene miedo, y cuanto más tienes mayor es la carga que te amarra a las circunstancias, como un perro con cadena.
Es lo que tiene estar vivo, es lo que tiene estar...Yo lo he intentado todo, meditación, comentarlo a con mis amigas, hacer esquemas, y al final al único arreglo que llego es esperar, esperar que la suerte se siente a mi lado, que nadie se enfade, que todo se solucione, y que mañana por la mañana ponga más atención y me levante con el pie derecho...
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sábado, 14 de marzo de 2015
Tengo que irme, porque te quiero.
Hace unos días que la vida me ha llevado a reencontrarme con alguien que fue muy importante para mi en el pasado. Reconozco que fui yo la que dejé que la amistad se fuera enfriando tristemente, con mis silencios. El porqué hice eso, es algo que no se muy bien si lo explico o lo excuso, porque no creo que sea algo que premeditara pero si algo que hice conscientemente. Mi amiga y yo nos conocimos en uno de esos nudos apretados que te pone la vida y nos agarramos de la mano en algunos tramos del camino, pero yo fui saliendo adelante y ella seguía en su nudo, y yo no podía ayudarla sin caer de nuevo, su dolor y mi manía de empatizar no me permitían escucharle sin sentirme realmente frustrada. Decidí darle un tiempo, y fui separándome de ella, con una terrible sensación de abandono por mi parte, y rezando para que el karma no me viniera después con ajuste de cuentas. Por supuesto mi amiga se enfadó y tenía pendiente devolverle su sitio, pero la cobardía ante las situaciones comprometidas me puede y nunca encontraba tiempo ni necesidad de hablarle.
Es horrible tener que reconocer este tipo de comportamientos pero mi pregunta es: ¿Cuantas personas conocen que sean capaces tan públicamente , de reconocer que así no se hace?, que podía haberlo intentado de otra manera, quizás pude hablarle sinceramente, pero si no empiezo por reconocer mi falta nunca seré honesta y leal a mi misma. Yo me decía que no estaba preparada, pero no se ni siquiera si ahora lo estoy, no se siquiera si cuando volviéramos a vernos y ella siguiera en su mundo de oscuridad, yo sería capaz de no volver a salir corriendo por miedo, miedo a la frustración, miedo a los recuerdos,...miedo, esa estúpida costumbre que tenemos de sentirnos muy mal ante lo desconocido o lo incontrolable, y sucede que lo que realmente asusta es la capacidad de rehusar principios y perder personas, sea cual sea el motivo, personas que con el tiempo echaremos de menos, solo por haber permitido que quede algo sin resolver.
Yo creo que cada persona que desaparece de nuestra vida es una muerte y un duelo, sea como sea, nos hiciera bien o daño, y aunque sigan viviendo dos calles más abajo de la nuestra, cuando alguien que nos ha importado se va, nuestra emoción es la misma que la que se siente cuando es la "señora negra" la que se lo ha llevado de nuestro lado. Sin embargo muchas veces se van y otras somos nosotros los que nos vamos, los motivos estoy segura que tienen siempre su razón de ser, pero a veces, solo a veces, quizás nos equivocamos y nos apartamos de personas buenas que por circunstancias nos convienen más lejos de nosotros, pero lo que si está claro es que si te das cuenta de tu error a tiempo, debes quitarte el orgullo y el miedo, y recuperar como sea esa relación que abandonaste.
No es fácil, lo advierto,como poco lo que te puedes encontrar es el rechazo y el enfado, pero ahí es donde hay que demostrar que tipo de persona eres, porque si lo deseas de verdad y eres sincero, conseguirás que aquella amistad que diste por perdida, vuelva a tu vida, solo tienes que decirle la verdad,como le dije yo a mi amiga: Tuve que dejarte porque te quería...y vuelvo porque no te he dejado de querer.