sábado, 21 de noviembre de 2015

Unas Cuantas Razones para DEJAR DE FUMAR.




Hoy estuve tomando algo con una amiga. A la hora de pagar mi amiga me invitó gentilmente y pidió el cambio para la máquina de tabaco. -"¡Dale al Play!" le decía mi amiga al camarero para poder sacar su felicidad a cambio de la friolera de casi cinco euros. Aquel gesto me recordó viejos tiempos en los que yo fumaba, había olvidado totalmente ese tipo de gestos que acompañan al fumador y que con suerte algunos perdemos cuando conseguimos dejar de fumar.

Hace dos años que no fumo y siempre digo que yo no tengo ningún mérito en haber dejado el tabaco y aunque al principio a todos les extraña el comentario, lo entienden en cuanto les cuento la historia de "cómo deje de fumar":

Yo fumaba como el que más, y reservaba el último euro para tabaco antes que para pan, como la mayoría de los fumadores, ya que es más llevadera al hambre que el síndrome de abstinencia, y el cerebro se rinde ante las adicciones.

Adoraba fumar, hasta que un día tuve una grave reacción adversa por un medicamento que casi me cuesta la vida. Gracias al cielo mi salud recobró su vitalidad y todo quedó en un susto pero apenas había pasado una semana me sorprendí a mi misma sintiendo un asco atroz al encender un cigarro que apagué y guarde al revés en mi paquete. A cada cigarro que me apetecía encender volvía a ocurrir lo mismo, hasta que la mayoría del paquete estaba del revés y encendido ya. Entonces empecé a pensar dos veces antes de volver a intentarlo porque el precio del tabaco ya entonces estaba para gritar de pánico, así estuve durante algunos días en los que mi único propósito era fumar...por más arcadas que me diera aquella asquerosidad, yo seguía intentándolo una y otra vez.

 En mi cerebro la adicción me estaba obligando a hacer algo que me producía un daño y un malestar terribles, como si mi cerebro me pidiera cortarme con una cuchilla la piel o arrancarme el pelo...era tan absurdo que terminé por escuchar a mi cuerpo no a mi mente, y mi cuerpo me estaba pidiendo claramente que me alejara de toda aquella basura, con lo que en cuestión de un mes me sentía como si no hubiera fumado nunca, y así hasta el día de hoy, incluso el olor en la ropa me produce tal asco que me siento incapaz de besar a una persona que fume.

Es una historia increíble que ningún médico me ha sabido explicar pero que acepto sin preguntas como una de las suertes más grandes que se pueden tener en esta vida, pues creo haberme desecho de una de las lacras más asquerosas que tenemos entre nuestras costumbres los humanos. Pero no se equivoquen, a mi entender el tabaco no es malo porque mate, cada uno es libre de escoger su muerte, todos tenemos que morir, quitarte de un placer en la vida no te va a dar la inmortalidad, y para mi entender: fumar, correr con el coche, y ser un fanático del paracaidismo son formas similares de poner nuestra vida en peligro intencionadamente, junto con despertarnos cada mañana que suele ser la causa de muerte más común en esta vida, porque para morirse sólo hay que estar vivo.

Lo que me lleva a detestar el tabaco es toda esa maldad subterránea que hay entre:

Gobiernos
Sanidad.
Impuestos.
Industrias Tabacaleras
Laboratorios.
Legalidad de la droga.
Sustancias altamente Adictivas y venenosas no registradas.
Falta de información real.

Podría estar horas explicando la sucia red de trapicheos que existen en el mundo del tabaco con el único propósito de lucrarse, desde los gobiernos, pasando por el ministerio de sanidad,  hasta los pobres  tenderos que lo venden de ilegal para tener para comer, cada uno tiene su razón y su porqué para comerciar con esta basura que ensucia antes nuestra dignidad que nuestros pulmones,  y lo peor es que los que más se benefician con la muerte de millones de personas en todo el mundo cada día por esta asquerosa costumbre son los mismos que proclaman leyes en contra, y ponen carteles por todos lados advirtiéndonos de lo malo que es.

 Es curioso que habiendo descendido la cifra de fumadores diarios a un 23% desde un 26% en el año 2009; cosa que me hace muy feliz; el porcentaje de su impuesto ha subido desmesuradamente. Osea que a menos demanda, precio e impuestos suben. Aquí hay algo que no me cuadra, y lo que más rabia me da es que los fumadores siguen sin tener una verdadera ayuda para abandonar ese agujero negro de insalubridad, manipulación y extorsión que sufren por falta de educación y conscienciación social REAL.

 No pongas en un paquete de tabaco una foto de una radiografía  inentendible, pon mejor la foto del dueño de la tabacalera en su yate riéndose de ti en tu cara, mientras tu estás en tu zulo lleno de humo dándole tu dinero...eso sí que dolería, o un documento que explicara cómo calcula un gobierno cuando tiene que bajar la cantidad de fumadores de diario porque le han advertido de Sanidad que los gastos por muertes y enfermedades  por tabaquismo están costando más de lo recaudado en su impuesto, y no les compensa.

Ésto es cierto señor@s, juegan con las vidas humanas como si fueran monedas al cambio, vamos, que nos permiten fumar mientras ellos no pierdan dinero. ¿Qué crees que pagas cuando compras un paquete de tabaco? pues lo que va a costar tu enfermedad al estado. No les importa tu salud si no tu dinero.

Los que firman alegremente para que se pueda comerciar con tabaco deberían vivir en sus carnes la enfermedad y las muertes que provocan, y cada familia sin dinero que emplea lo que tiene en un vicio tolerado socialmente por conveniencia económica de los gobiernos.Estoy segura que se tomarían la legalidad de esa droga más en serio, ¿las cosas son "legales o no legales" con qué criterio?...o se legaliza el uso de sustancias dañinas y potencialmente mortales o no. ¿Libertad o confianza?, ¿benevolencia o manipulación?, ¿lo legal es realmente lo moral?.

No estoy  en contra del tabaco ni a favor. Estoy en contra de que nos dejemos manipular, estoy en contra de que siempre se aprovechen los mismos y al final paguen los pobres. Estoy a favor de la libertad de cada uno de estropear su cuerpo y su existencia como quiera mientras no moleste. Pero sobre todo estoy a favor de animar a los fumadores a que demuestren que son más que un rebaño de ovejas que pastan donde les llevan, y que a veces la fuerza que necesitamos no sale cuando queremos mejorar nuestra vida, pero sí cuando las vidas que queremos salvaguardar son las de nuestros hijos, y los que sigan a nuestros hijos.

Sería una bonita manera de arruinar los planes de los malvados traficantes de vidas que cuando alguien vuelva a encender un cigarro, se acuerde de cómo es utilizado, controlado, ninguneado, robado, enfermado, enjuiciado,vetado y asesinado...y todo eso le produzca tal  asco que no pueda volver a fumar nunca...

CADA CIGARRO QUE NO FUMAS ERES UN POCO MÁS LIBRE






jueves, 19 de noviembre de 2015

GABRIEL. la Historia de un Trovador..(Narrativa)



Gabriel iba cada sábado con sus padres a la reunión de las casas nobles en palacio.

Era una joven doncella muy tímida y acomplejada, de largo pelo rojizo, que adoraba ir a ese acontecimiento, porque mientras  los representantes estaban reunidos, todos  los jóvenes se quedaban en un salón charlando y jugando y a ella le encantaba estar acompañada de aquel grupo tan divertido.

Muchas veces una profesora enseñaba a los adolescentes a bailar el Rondeau y la Ballade, danzas que luego habrían de ejecutar en la fiesta que sucedía a la reunión. A Gabriel le encantaba bailar, pero había algo que le apasionaba más, y que le hacía no faltar ningún Sábado por enferma que estuviera... Elicel, un muchacho dos años más joven que ella, del que se sentía totalmente prendada.

A sus dieciocho hermosos años Gabriel se había enamorado de un delgadito joven de dieciséis. Se sentía  grotesca y torpe a su lado, porque Elicel era un bailarín maravilloso, ágil y seguro de cada paso.

Cuando la maestra indicaba el comienzo de la pieza las parejas se iban colocando, todos se preparaban, el salón brillaba con las grandes lámparas y los preciosos adornos de flores. El pequeño dueto de trovadores comenzaba a tocar una preciosa melodía y todo se transformaba.

 Gabriel se colocaba con algún  joven que le tendía la mano invitándola, y comenzaba a bailar, entusiasmada en los pasos movía los pies con soltura, adoraba bailar, se movía hacia un lado y otro cogida de las manos de su compañero, giraba y giraba, con los violines sonando alegremente y su vestido volaba..

La música seguía sonando y las parejas iban cambiando. En un juego de movimientos grupales se iba acercando poco a poco al  sitio en el que estaba Elicel, llegaba el turno en el que podría bailar con él, - Al siguiente cambio estaremos juntos- Pensaba mientras disfrutaba de aquel mágico momento.

Cuando al fin se vio frente a él sintió que el corazón se le salía por la boca, respiró hondo y cerró los ojos, le cogió de las manos y se dejó llevar, junto a él sentía la felicidad más plena que jamás nadie pueda sentir, bailar con él era como dejarse llevar por las olas suaves, era un instante detenido en el tiempo que grababa en su memoria como alimento para esperar hasta su próximo encuentro, el próximo sábado...

Sólo su recuerdo le hacía sentir que su vida tenía sentido. Era el amor más puro el que latía en el corazón de aquella pelirroja incapaz de declarar en voz alta sus sentimientos, casi adolescente aún.

Y ella amaba a Elicel aunque su amor no era correspondido, jamás podría estar junto a aquel joven. Elicel tenía su unión ya apalabrada con una de las hijas de un Alférez Mayor, una bella joven de su misma edad. El matrimonio sucedería cuando los niños cumplieran los dieciocho años. Cuchicheaban además las otras muchachas de la clase que se sentía muy feliz porque gracias a aquel compromiso podría entrar en la academia de caballería, y llegar a ser un soldado al servicio del Rey y de Dios.

 Él nunca lo sabría, nunca sospecharía que aquella muchacha temblaba entre sus brazos, Gabriel sabía que jamás sería cortejada por él y nunca sería para ella, aun así se conformaba y se sentía feliz con pasar aquellas horas cada semana.

Sin importarle nada continuó acudiendo cada sábado incansablemente, y el tiempo fue pasando. El enclenque muchacho se fue convirtiendo en un apuesto joven que se tomaba la clase casi a broma esperando y ansiando el día en que pudiera entrar con su padre a reunirse con todos los miembros de la corte. Pronto cumpliría los dieciocho y marcharía al frente, pero antes convertiría a su prometida en esposa como habían pactado las familias.

Gabriel seguía acudiendo a aquellas clases aunque su lugar estaba ya en otra sala donde se reunían las mujeres, pero ella convencía a su madre para estar allí con Elicel, entre risas y giros al compás de aquellos viejos cantares. Cuando bailaban juntos sentía que no había nadie más en el mundo, y aunque supiera que para él ella no existía, seguía entregando el alma en cada paso a compás que daba junto a su amado, sabía que pronto llegaría el día en que marcharía y puede que jamás volviera a verlo, pero eso no le robaba ni un instante de tocar sus manos y mirarle a los ojos.

El día de la boda de Elicel, Gabriel estaba resplandeciente, se había convertido en una mujer muy hermosa que estaba dando quebraderos de cabeza a su padre al negarse a contraer matrimonio. Miraba cómo su amado se unía para siempre a otra joven que le daría hijos y con la que compartiría lecho. Pero Gabriel no parecía triste.

En la fiesta nupcial, los novios bailaron, los bufones hicieron malabares, la comida y la bebida corrían por el salón. Gabriel esperó pacientemente hasta que empezaran los bailes y se dispuso a bailar con un joven apuesto que la había pedido. Comenzó el Rondeau y todos se movían al unisono, dentro de un corro los chicos giraban alrededor de las chicas hasta que frente a ella tocó en su turno el propio novio con sus mejores galas. Gabriel se sintió feliz de bailar de nuevo con su compañero de juegos, pero a medida que se miraba en sus ojos y comprendía que lo había perdido para siempre se fue paralizando hasta que salió corriendo del salón y se marchó a su habitación.

Después de aquello Gabriel no quiso volver a ninguna otra festividad y pidió a su padre permiso para ingresar en un convento como Sierva del Señor, donde se instruiría en letras y filosofía y algo de ciencias, medicina para curar enfermos y  dedicaría su vida a la voluntad de Dios.

Elicel  marchó a la guerra y estuvo luchando en el asedio de los escandinavos durante dos años, consiguió medallas de honor y méritos por sus batallas. En sus pequeños descansos en palacio había concebido una preciosa niña que era el centro de todas sus atenciones, y era feliz junto a su esposa, aunque tuviera que volver siempre irremediablemente al frente a llevar las tropas del Rey más allá de las líneas enemigas.

Pasaron años hasta que un día el ya Comandante Elicel fue herido en una de las batallas, pudo ser recogido por algunos de sus soldados y consiguió llegar vivo hasta un Monasterio donde los monjes intentaron paliar su dolor y cortar la sangre, pero no sabían cómo impedir que el tajo de carne abierta se empezara a ulcerar. Un mensajero salió pidiendo auxilio, pero el viaje era de dos días y no sabía si encontraría ayuda. Hasta la corte llegó también la noticia de que el Comandante Elicel estaba herido, su esposa se sintió morir, se puso un velo y rezó durante horas en la capilla del Castillo.

A los tres días Elicel estaba muriendo casi, tenía mucha fiebre y la herida estaba oscura y olía mal. Llegaron dos caballos y de él bajaron dos personas bajo unas capuchas grises. Una esperó en la entrada y la otra pasó enseguida a la habitación del herido con un maletín en la mano y un rosario en la otra. Cuando estuvo frente a Elicel soltó los bultos y se bajó la capucha. Era Gabriel, algo mayor y pálida, y demasiado delgada, pero con una sonrisa en los labios que hizo creer al Comandante que había muerto y estaba viendo un ángel.

- Hola viejo amigo..
- Gabriel.., ¿sois vos?, ¿venís a ayudarme?
- Si señor Comandante, voy a salvarle la vida, y usted me va a ayudar, porque no será fácil. Su pierna está muy mal..., y tengo que amputarla.

Mientras decía estás palabras Sor Celisia que así se llamaba ahora lloraba con lágrimas de amargura secando sus ojos con las manos.

-¿Porque lloráis hermana?- le preguntó Elicel - ¿Es que acaso voy a morir?
-No Comandante, viviréis, y seréis feliz con vuestra hija y vuestra esposa, y podréis recoger el mérito y el honor que os corresponden de todas vuestras hazañas, pero...
-Sólo es una pierna Gabriel. No tengáis miedo.
-Nunca volveréis a andar, nunca volveréis a danzar.
-No volvería a danzar aunque tuviera mis dos piernas. Mis preocupaciones están ya muy lejos de aquellos juegos de niños. De aquellas tardes con vos entre mis brazos con las mejillas sonrojadas y los pasos cambiados. Es curioso hermana,  a veces el amor está en una linde de nuestro camino y no alcanzamos a tomarlo por temores y compromisos, pero os prometo que vos fuisteis mi bailarina y maestra, vuestra constancia me dio fuerza y vuestro silencio inspiro el mío. Perdonad mi vanidosa ambición, salvadme la vida os lo suplico y guardadme en vuestro corazón.
-Así lo haré Comandante Elicel..., así lo haré.

Durante diez días la hermana Celisia estuvo cuidando al enfermo, vigilando sus curas, con ungüentos, dándole remedios y caldos de gallina, y al fin consiguió que mejorara, hasta que un día se marchó, no dijo nada a nadie, avisó al hermano mayor y salió a caballo recién salido el sol.

Cuando el Comandante Elicel volvió al palacio su familia lo esperaba en el patio principal del castillo. Cuando salía con unas muletas del carruaje su hija salió corriendo hacia él. La niña con una larga cabellera roja  se abrazó a las piernas de su padre mientras gritaba...

- ¡Padre! ¡ya estáis aquí Padre!, ¿donde está vuestra pierna?  ¿podréis bailar de nuevo conmigo?.
-Claro que podremos, mi pequeña Gabriel, tendré que aprender a bailar con un pie, pero seguro que podremos, Gabriel , juntos podremos...


sábado, 14 de noviembre de 2015

CAMINO

Déjame que me siente un rato
aquí a la orilla del camino,
que si mirar por donde llegué me da nostalgia,
mirar lo que queda se me hace cansino.
Déjame este ratito a esta sombra cerca,
siéntate si quieres tu aquí conmigo,
que un instante lo disfrutemos callados,
no cambiano se mueve mi destino.
Me esperará,  tarde lo que tarde, 
me espera siempre ingrato o agradecido, 
por más que corra no voy a poder librarme
es el final del fin, castigado y divino.
Que las lágrimas que derramé sola
las cambie por momentos ya vividos,
en los que el pasado y el futuro duermen,
y el presente está en mis dedos cosido.

Que andar el camino es también no andar, 
volver atrás, parar, errar  y quedar perdido,
terminarlo sin ganas, sin razón y sin respuestas,
dejarlo para mañana, como yo, mi buen amigo.
de lo hablado no cuentes,
calla todo lo aprendido,
que siempre hay tiempo para llegar tarde,
ya vivo este instante, respiro y sigo...  

Sonia Silva 2014
Un descanso en el camino. Hoy me siento a pensar sobre un lecho de juguetes viejos ¿a qué puedo jugar ahora?. 

A mi ya no me traen nada los duendes de nadie, y reciclo mi vida una y otra vez con lo que me queda sano, con las manos agrietadas de manejar puntas que pinchan y filos imposibles para crear algo que me ayude a pasar el tiempo.

Espero, me entretengo en vanidades, bajo a donde viven los que sienten, me mezclo entre ellos, los miro, observo.

 Una vez viví allí en la ciudad de los fieles, pero mi usura me llevó a la soledad de mi montaña, soy un ermitaño agradecido a los años porque ellos me dan las herramientas para terminar esta etapa obligatoria.

Cada vez que bajo a ese mundo raro y caótico salgo malograda. Mis buenas intenciones me hacen creer que formo parte de él, vuelvo a confiar, a dar la penúltima oportunidad, y como siempre, vuelvo a despertar con la sensación de haberme descontrolado, he perdido en la ruleta  más emoción de la que llevaba encima, a las cartas toda mi dignidad y en las maquinitas la poca ilusión que con tanto esfuerzo había ahorrado.

La borrachera de vida ya no me hace olvidar que ese no es mi sitio.

Las luces, el ruido, puedo sentir la euforia de todo aquello que me rodea, intento perdonarme una y otra vez por mi ingratitud y al final huyo. Me vuelvo a mi zulo, encantada y ansiosa por sentir el confort de mi vida seca, fría y controlada, donde no ocurre nada que yo no desee, aunque la espera se hace tan inútil que duele más aun.

Así que vuelvo a tomar fuerzas y vuelto a intentarlo otra vez, y otra más, y otra...incansablemente doy a la vida la oportunidad de que me sorprenda, no necesariamente con el sueño de mi vida hecho realidad, me conformo con algo de compañía verdadera, alguien que quiera llegar hasta mí a  pesar del angosto camino. Alguien que tenga interés de verdad, que sienta la pasión que hace que todos nos movamos, esa pasión que me hace volver una y otra vez a donde sé que no hay nada para mí.

Pero nadie me ve, he conseguido estar en las vidas sin apenas ser detectada, soy un personaje que decora con su show las estancias, que divierte y agrada, pero del que nadie sabe nada. Nadie se pregunta quien me cuida, nadie sabe si lloro, no necesito a nadie, pues yo sola desprendo la energía de un gran olmo viejo. Y así bajo mi sombra el amor de otros despierta, los viajeros descansan, y las aves crían. 

No hay nada más para mi. Los días van pasando y pesando y aunque ya no debe quedar mucho, cada paso se me hace más duro, he escogido un camino tan verdadero que es triste, una lealtad tan fuerte que me convierte en bandera de ninguna parte. Puede que parezca que tengo elección pero estoy segura de que estoy en el sitio adecuado cuando me alejo de todo, sé lo que estoy haciendo con mi existencia aunque parezca que reniego de mi misma .

Hoy suelto cargas inventadas, ésto es lo que hay, tiempos de paciencia, tiempos de nada, silencios y vacíos, juguetes viejos con los que ya no puedo jugar a nada...y un camino, un eterno camino.








miércoles, 11 de noviembre de 2015

ALMA VIEJA



Iba conduciendo cuando una especie de melodía me vino a la cabeza: "Alma vieja...Alma vieja", canturree inventado una banda sonora para el sentimiento que palpitaba en mi corazón, y la cantinela se me hizo conocida.


Toda mi vida he tenido una sensación extraña, incluso escribí sobre ello en este mismo blog en varias ocasiones. Esas palabras, "alma vieja" paseaban por mi cabeza sin poder evitarlo.


Algo neurótica y preocupada me puse a investigar sobre ese concepto en Internet, visité demasiadas páginas, leí demasiadas historias, profundicé e investigué buscando una discordancia que me hiciera pillar la falsedad de esta teoría que describía exactamente a mi persona y la forma en que yo veo la vida, pero todas las webs venían a decir exactamente lo mismo.

Ante mis ojos una religión de hace 5000 años explicaba con claridad lo que ahora, en este momento de mi vida palpita en lo más profundo de mi alma y daba una explicación plausible a lo que siento desde que era una niña incomprendida y demasiado espabilada.

Una explicación igual de descabellada que la que diera cualquier otra religión, pero más acertada para mi caso en especial.
Pero soy la persona más escéptica del mundo y aunque nunca descarto nada, no consigo creer lo que como si de una brujería se tratara me desvelan culturas milenarias, y para que puedan entender mejor a lo que me refiero les adjunto el escrito de Jennifer Delgado , cuya explicación me parece cuanto menos llamativa:
Es probable que en alguna ocasión hayas escuchado la expresión “alma vieja”, que suele utilizarse para referirse a personas que son diferentes del resto, casi siempre porque tienen un nivel de madurez muy superior al que muestran el resto de sus coetáneos. Son personas que pueden ser más inteligentes o que muestran una sensibilidad especial, personas que son más intuitivas y que parecen no calzar en su época.

¿Cuál es el origen de este concepto?

En realidad, el origen de la expresión “alma vieja” provienen del taoísmo, un sistema filosófico y religioso chino que cuenta con más de 5.000 años de antigüedad. Según este sistema, el alma abandona el Tao, que sería una unidad global y natural, para adquirir experiencias. Sin embargo, como en el taoísmo todo debe volver a su raíz, en un viaje de eterno retorno, el objetivo final de esa alma es regresar al Tao, enriquecida con las experiencias de vida.

Así, el alma pasaría por 5 edades o etapas, mientras mayor es la edad, más perfección se logra y más elevados son los niveles de percepción de la persona. El alma vieja sería el último estadio sobre la tierra. Las personas con un "alma vieja" tienen características que las diferencian del resto: son más espirituales y les preocupa encontrar su lugar en el mundo. También suelen percibirse como parte de algo mucho más grande, parte de un todo que las sobrepasa. Además, su principal objetivo es lograr la satisfacción interior.


Se dice que muchos psicoterapeutas, filósofos y artistas son realmente “almas viejas” ya que estas son profesiones que suelen llamarles la atención. A estas personas les gusta aprender sobre la marcha, de sus propias experiencias, y suelen desafiar el orden de las cosas.

Las 5 características de un “alma vieja”

1. Alto grado de madurez. Estas personas son muy maduras para su edad, se plantean cuestiones en las que sus coetáneos ni siquiera piensan y a menudo llegan a conclusiones muy sagaces, mostrando un grado de razonamiento superior al normal.

2. Disfruta de la soledad y la introspección. Las personas que tienen un alma vieja suelen sentirse cómodas en soledad, no necesitan estar continuamente acompañadas porque su mundo interior es suficientemente rico. Además, suelen aprovechar ese tiempo para reflexionar, para buscar un sentido más grande a la vida y para profundizar en lo que ocurre a su alrededor y dentro de ellas mismas.


3. Tiene un sentido más espiritual de la existencia. Aunque se trata de personas muy reflexivas, las almas viejas se mueven por pasión, les gusta trabajar en algo que les guste y buscan continuamente su autorrealización. Son personas capaces de apreciar el valor de las cosas sencillas y a menudo pasan por alto los beneficios materiales. Pueden esforzarse mucho por dominar con maestría una habilidad para luego abandonarla, porque suelen encontrar el placer en el camino, no en la meta.


4. Tiene un instinto muy desarrollado. Las almas viejas tienen un excelente instinto y cuando se guían por este, no suelen fallar. Esto se debe a que son muy observadoras y tienen una gran capacidad para formar en su mente cuadros completos de las situaciones, imágenes que para la mayoría de las personas pasan desapercibidas.


5. Elevado nivel de empatía y sensibilidad. Estas personas son particularmente empáticas, pueden ponerse en el lugar de los demás con facilidad y comprenderlos, incluso cuando nadie más lo logra. Esto se debe a que pueden ver más allá de los actos y comprender las motivaciones o la forma de pensar del otro. Son capaces de perdonar, de dejar ir y de aconsejar sin juzgar.

Las desventajas de ser un “alma vieja”


A primera vista puede parecer que ser un alma vieja es positivo. Sin embargo, esta forma de ser, comportarse y comprender el mundo también acarrea algunos “efectos indeseados”. La vida de estas personas no siempre es un lecho de rosas.

- Siente que no encaja con las personas de su edad ya que le interesan cosas diferentes y le resulta difícil compartirlas. Por eso, a menudo estas personas tienen amigos que mayores, con los cuales puede hablar de temas más complejos. De hecho, desde que son niños, prefieren la compañía de los adultos.


- Experimenta una sensación de desconexión con el mundo, la cual se debe a que no encuentra a muchas personas que compartan sus puntos de vista y su forma de enfrentar la vida, sobre todo en culturas donde se prioriza el dinero y las posesiones.


- Puede tener problemas de autoestima o incluso sufrir depresión ya que suelen medirse a sí mismos con una vara moral muy estricta y en ocasiones se sienten atormentados por sus defectos o errores.

Las “almas viejas” en la Psicología

En realidad, en el ámbito de la Psicología no existe el concepto “alma vieja”, aunque es innegable que hay personas que tienen un nivel de madurez muy superior al esperado para su edad, son personas que se catalogan como “precoces” ya que aventajan al resto de sus coetáneos en inteligencia y/o sensibilidad.

El secreto de esa precocidad aún no se ha desvelado, aunque muchos apuntan que se trata de una concatenación de factores entre los que se encuentran determinadas características de temperamento y personalidad, un contexto socio-cultural propicio, un alto grado de motivación y un nivel de inteligencia y creatividad superior a la norma.

Osea que las ciencias Psicológicas no lo tienen claro, pero que éste tipo de personas existen es un hecho, puede que no sea un bicho raro, no estoy loca, no soy un defecto...de alguna manera para mi tiene mucho sentido, pero también sé que muchos de los que lean éste artículo se sentirán igualmente identificados con ese tipo de forma de ser, se sentirán alma vieja, alma sabia.

Puede que sólo sea un consuelo para los que necesitamos mirar más allá, pero de cualquier manera parece increíble que uno de los principios espirituales sobre nuestra existencia que se fraguó casi en los amaneceres de nuestra civilización, siga siendo hoy día una interesante coincidencia para los que sentimos cosas que nunca nos atreveremos a decir, y una perfecta incógnita para aquellos que creen saberlo todo, y tu... ¿eres un alma vieja?.


jueves, 5 de noviembre de 2015

Un Cabreo con la Vida

Al fin silencio, quietud y nada que pensar. No hay nadie a quien quiera contar. Nada que merezca la pena ser contado.

Sin embargo hace tres días todo mi mundo se descontroló, bueno, realmente siempre estuvo descontrolado, pero en un instante tomé consciencia de ello, al siguiente tomé una decisión al respecto, al siguiente las circunstancias se volvieron turbulentas, después vino una gran catástrofe, pero en el último instante y con una energía interior desconocida para mi, conseguí salvar mi isla de una nueva devastación. Algún destrozo ha quedado pero nada que el tiempo no cure.

Ahora todo ha pasado y yo me encuentro como un vampiro cuando vuelve a su tumba justo antes del primer rayo de sol. Mañana quizás entre en otro remolino pero ahora, hoy, no sé ni siquiera qué decir.

No me cansa el trabajo, si no las veces que te tienes que levantar cuando la vida te tumba, y en mi caso son muchas, soy un alma anciana, como un torturado que suplica su fin, parece que mis momentos de bienestar fueran un poco de agua en la cara que me haga espabilar para poder seguir sintiendo dolor y amargura en mi castigo.

Estoy enfadada. Me lo voy a permitir esta vez. Sé la banalidad de mi enojo, pero ya hasta eso me da igual, Puede que caiga de nuevo en dar la importancia a mi vida que no tiene ni la propia existencia en verdad, pero necesito decir "¡ya está bien!".

Siempre quiero ser positiva, optimista, sacar siempre lo mejor de todo, tolerante, educada, alegre, simpática, agradecida, honesta, trabajadora, complaciente....¡ya!. Ya no puedo más, desactivo el modo "correcta".

Ayer una mujer sabia me hablaba refiriéndose a su hijo, y utilizó una expresión que me hizo pensar "se merece ser feliz, pues ha sufrido mucho". Entonces yo también lo merezco seguro, merezco que me respeten, que me amen, que me valoren, que me den una nueva oportunidad, que me perdonen, que me quieran y quieran llegar hasta el fondo de mi desvalijado corazón. Pero eso no ocurre, pasan los días, sigo luchando, sigo riendo mientras me seco las lágrimas, sigo dándole una nueva oportunidad a la vida cada día para que me pague lo que me debe. Pero como dijo Bruce Lee, "Esperar que la vida sea buena contigo porque eres buena persona, es como esperar que un tigre no te devore porque  eres vegetariano".

Volveré a levantarme una vez más de esta caída absurda, saldré de mi espacio de espera y  dejaré que el sol y las risas me hagan evadirme de esta sensación de inutilidad vital.

Gracias al cielo esta vez no nos hemos hundido, pero sé que la furia del mar volverá, y para entonces espero estar preparada, me alejaré de la orilla, me resguardaré, y llenaré mi despensa de víveres, y aunque me siento morir porque eso significa más soledad, es la única manera de saber que estaré a salvo, que serán menos las veces que caiga, pues ya no sé cuantas más podré levantarme, y que mi espera será más absurda aún que mi propia vida, pero como siempre dije..."No es valiente el que no le teme a la muerte, sino aquel que teme a la vida y aun así, no muere."